El
sol comenzó a salir desde el horizonte para dar comienzo a un nuevo día. Debajo
de las tranquilas pero constantes olas del océano, una pequeña pero increíble
batalla se estaba desatando, entre una sirena adulta y un enorme megalodon; tan
grande como un pequeño yate.
Pese a la descomunal diferencia de tamaño entre ambos oponentes, la sirena era
capaz de seguirle el ritmo al enorme tiburón prehistórico. Incluso era capaz de
superar su fuerza y velocidad por momentos.
El Megalodon intentó en un momento aplastarle la cabeza a su oponente con sus
enorme mandíbulas, tan grandes y poderosas como para comerse a una persona
entera y triturar sus huesos sin el más mínimo problema. La sirena de ojos
marrones con un largo cabello de color oscuro detuvo la mordida únicamente con
la fuerza de sus manos, los dientes de aquel poderoso pez cartilaginoso
comenzaron a incrustarse en las palmas de las manos de su adversaria, pese a
eso la sirena no cedió ni un solo segundo ante tal brutal fuerza ejercida con
sus manos, es más, parecía que era al megalodon al que le constaba seguir
ejerciendo tan descomunal fuerza con su mandíbula, a tal punto que sus enormes
dientes estaban comenzando a fragmentarse por la piel tan dura de la sirena.
La sirena soltó una pequeña carcajada mientras se burlaba de su oponente.
- ¡Ja! Eso es todo. Yo peleaba con oponentes más grandes cuando tu solo eras un
embrión -
El Megalodon comenzó a sacudirse violentamente provocando de la sirena pierda
el equilibrio soltando las mandíbulas de su oponente. En respuesta a esto, el
Megalodon se precipicito de manera violenta a toda velocidad hacia a la sirena,
la cual dio un salto sobre su oponente de manera ágil para esquivarlo. La
sirena se lanzó con toda la fuerza y velocidad que le fuera posible para
golpearla la espalda del megalodon como si de un proyectil se tratara.
¡Cracks! ¡Pum! El sonido de las vértebras del megalodon rompiéndose se
escucharon violentamente, para después caer potentemente en el suelo marino
provocando un enorme estruendo que se escuchó a varias decenas de metros.
Llegando hasta una enorme cueva submarina donde varias sirenas se encontraban
durmiendo en su interior, aproximadamente entre 8 de estas criaturas.
La mayoría no escucharon el sonido y siguieron durmiendo, exceptuando a 2
sirenas.
Una de las sirenas; de nombre Darya, tenía un peculiar color de piel, era algo
morena pero con una tonalidad parecida al caramelo, ojos de color verde, con un
cabello color castaño y bastante largo que se movía con el movimiento de las
mareas.
Se encontraba algo soñolienta mientras le habla a su compañera de alado, quien
también estaba despertando mientras abrazaba a una sirena más pequeña, la cual
era su hermana menor. La sirena más grande; de nombre Mariana, de piel clara y
con el cabello corto de color dorado, y una enorme cicatriz en el brazo derecho
parecido al roce de un arpón. Y la más pequeña (aproximadamente 6 años de edad)
era parecida a su hermana mayor; cuyo nombre es Gianira, lo único diferente a
su hermana además de su tamaño, era que le falta una gran parte de su cola,
como si se le hubieran cortado, razón por la cual no podía nadar y su hermana
mayor siempre debía de cargarla para desplazarse dentro de una mochila a sus
espaldas.
- ¿Será Marit? -
Pregunto Darya a Mariana mientras se frotaba los ojos para despertarse.
- Talvez -
Mariana le contesto mientras seguía abrazando a su hermana Gianira, quien se
encontraba aún durmiendo. Mariana al terminar de pronunciar eso miro a su
alrededor dándose cuenta que además de Marit, que normalmente salía a cazar
algo temprano, faltaba también su otra compañera, Coral, una sirena de una piel
de color marfil con un hermoso pelo de color verde.
Al darse cuenta de esto, Mariana le preguntó algo preocupada a Darya.
- ¿Crees que Coral este con Marit? -
Darya escuchó y simplemente se limitó a mirar a su alrededor dándose cuenta que
en efecto Coral no se encontraba, pero no le dio importancia al asunto y
decidido ignorar la preguntan de su compañera más joven para intentar volver a
dormir.
Cientos de metros a la lejanía el megalodon yacía en el suelo con su columna
totalmente destruida, totalmente incapacitado mientras seguía moviendo su
cabeza de manera frenética.
Marit comenzó acercarse al megalodon para recostarse en su espalda rota de una
manera elegante mientras soltaba pequeñas risas y se burlaba de su derrotado
contrincante.
El Meg intentó atacarla pero ya no podía moverse, además de su columna rota. El
fuerte impacto contra el suelo marino lo dejó completamente lastimado.
Después
de algunos segundos bajo de su espalda y comenzó a moverlo para ponerlo boca
arriba. Yen esa posición se acercó a su pecho, en la zona donde su corazón se
encontraba. De esto modo levando su mano y de una manera brutal atravesó la
gruesa piel elástica de esta criatura para tomar su corazón y comenzar
arrancarlo violentamente.
El
Meg se sacudió levemente con la poca fuerza que le quedaba para intentar
defenderse pero por más que lucho para defenderse no lo logró. Solo pudo sentir
como la mano de aquella sirena se adentro en su cuerpo en dirección a su
Corazón. Lo último que sintió fue como ese órgano tan vital fue arrancado de su
cuerpo violentamente para finalmente morir.
Marit sostuvo el corazón del Meg con sus 2 manos ensangrentadas. Era más grande
que su cabeza. Mirando fijamente con un rostro inexpresivo mientras la sangre
cubría sus manos y comenzaba a flotar machando el agua del océano de un color
rojo profundo de la sangre que emanaba del cadáver del Megalodon.
¡Puaj! Hizo un gesto de asco mientras miro el corazón para después arrojarlo.
Contemplo el cuerpo sin vida del Meg mientras le tocaba la cabeza y lo miraba
con un poco de indiferencia.
- No fue personal, solo es para sobrevivir -
Marit tomo la cola del Meg y comenzó arrastrar el enorme y pesado cuerpo del
tiburón sin el más mínimo esfuerzo, en dirección donde se encontraba sus
compañeras para llevarles algo de comer.
Darya ya no pudo seguir durmiendo, a su vez Mariana tampoco pudo volver a
dormir debido a la preocupación de no saber dónde estaba su otra compañera,
mientras de Gianira aún se encontraba durmiendo, al igual que el resto de
sirenas.
Mariana preocupada le pidió a Darya si podía cuidar a su hermanita mientras
ella iba a buscar a coral en las cercanías, ya que no sabía si realmente se
encontraba con Marit.
No obstante, tras algunos minutos de buscar no encontró ninguna señal de ella
por ningún lado, es casi como si se la hubiera tragado el océano. Tenía la
esperanza de que si estuviera con Marit, aunque era algo raro, ya que Coral no
solía salir para cazar.
Mientras en la pequeña cueva. Darya estaba a un lado de la durmiente Gianira.
La miraba fijamente con cierto desprecio, no le agradaba para nada, ya que
consideraba ambas un estorbo; sobre todo a la más pequeña.
Hace algún tiempo Marit las habían encontrado y las unió al grupo; cuando era
más numerosas. Debido a Gianira había perdido su cola hace tiempo en un
"accidente" del cual no quieren hablar ninguna de las dos.
Darya seguía mirando con disgusto a la pequeña Gianria, cuando te pronto algo
flotando llamo su atención. Un paraguas que se encontraba flotando con las olas
del océanos, estaba bastante viejo y deteriorado con la corrosión del agua. Se
dirigió rápidamente para tomarlo. Una vez en sus manos, arranco la tela del
bastón de metal dejando únicamente el mango de madera para poder sostenerlo de
manera eficaz. Se acercó a Gianaria la cual seguía durmiendo. Con el bastón le
dio un pequeño piquete en la cara a la pequeña sirena, lo cual solo provocó de
esta apartada el objeto de su cara sin despertar. Al ver esto, le hizo otro
pequeño piquete en las cosquillas, algo que la incomodo pero sin despertarla.
El tercer piquete en las costillas sin embargo fue más fuerte; algo que provocó
que Gianira despertarla bruscamente comenzando a llorar.
Mariana a las lejanías escuchó claramente el llanto de su hermano por lo que se
dirigió rápidamente hacia la cueva. Darya al saber que Mariana no tardaría en
llegar escondió el bastón en unas piedras, y cargo a Gianira como si estuviera
tratando de calmarla, aunque en realidad únicamente esta tratando de ocultar lo
que le estaba haciendo a la pequeña.
Esto también despertado a las demás sirenas, las cuales no se percataron del
acto que había comedido Darya; excepto una sirena de ojos color verde
esmeralda, piel morena y cabello castaño corto, llamada: Elissa. Logró observar
como su prima escondía el bastón con el que estaba picando a la pequeña sirena
de cabello dorado.
Darya observó a la lejanía que Mariana se estaba acercando a todo velocidad en
dirección a su hermana.
- ¿Que pasó? - Mariana preguntó exaltada a Darya mientras cargaba a su pequeña
hermana intentando tranquilizarla.
- No lo sé, comenzó a llorar de la nada. - Explico a Mariana mientras seguía
"tratando" de calmar el llanto de Gianria para posteriormente
dársela.
Mariana la cargó y comenzó a cantarle, con una voz angélica y dulce a su
pequeña hermana mientras la arrullaba suavemente. Gianira poco a poco dejó de
llorar comenzando a tranquilizarse para sonreírle a su hermana mayor felizmente,
también le hizo algunos sonidos leves con la boca.
Hizo
aparecer un pequeño títere de peluche en forma de una especie de oso unicornio
bastante tierno que se puso en la mano. Comenzó hablar sin mover los labios
modificando su voz, como si de un ventrílocuo se trata, para que el títere
hable por ella.
-
¡Gracias!
Gianira se siente mejor, eres la mejor hermana del mundo.
Gianira
no hablaba, no porque no pudiera, más bien era por algún trauma que hizo que
dejara de hacerlo hace años.
Mariana
la abrazó infelizmente. Las demás sirenas se acercaron para ver como seguía
Gianira, ya que se preocupaban bastante por ella. Por su parte, Darya al ver
esto su expresión mostraba bastante desagrado al ver que toda la atención va
hacia las hermanas oxigenadas. Observo también como su prima Elissa iba en
dirección a Mariana, al percatarse de esto rápidamente la tomó del brazo para
detenerla bruscamente. Asustando a Elissa, volteando a ver el rostro de su
prima, un rostro de enojo se vio en su prima, como si solo con mirarla le
dijera "No te atrevas".
Elissa y Mariana son buenas amigas desde hace tiempo. Pese a que su prima Darya
no le gustaba para nada esa amistad, ya que sentía que había más que una
amistad por parte de Mariana. Elissa sabía que su prima solía molestar a
Gianira cuando estaban a solas, pero solía no decir nada porque no quería
meterla en problemas.
Repentinamente la alejo del lugar, adentrándose más adentro de la cueva
mientras seguía sosteniendo bruscamente del brazo. Algo que estaba lastimando
un poco a Elissa, de tal modo que cuando la soltó se podía ver la mano marcada
en su brazo.
- Ya te dije que no me gusta que te juntes con ella -
Darya dijo esto a su prima en un tono bastante molesto mientras la miraba
fijamente a su prima con los brazos cruzados.
- L.. Lo siento -
Elissa se disculpó bastante apenada mientras agachaba la cabeza.
Darya se acercó de manera rápido a su prima, algo que la asustó. Pero cambió su
tono agresivo a uno más cariñoso para hacer que dejara de sentir miedo, con su
mano le frotó la cabeza suavemente.
- Yo.. solo quiero que estés bien. -
- Pero, Mariana es buena, y es mi amig... -
Mientras le explicaba a su prima, Elissa se dio cuenta de nuevamente la
expresión de su prima volvió a una de enojo. Situación que la volvió asustar,
debido a esto Darya comenzó a gritar de manera violenta asustándola.
- ¡NO ES CIERTO! ¡TAL VEZ TU NO LA VEAS ASI PERO ESTOY SEGURO QUE ELLA TE ESTA
CORTEJANDO! -
Mientras eso ocurría, la manera tan brusca en la que hablaba Darya hizo que una
de las sirenas que estaba cerca del lugar escuchara como estaba regañando a su
prima. Se acerco a la zona y vio como estaba molestando a Elissa, algo que era
bastante recurrente.
- ¡Que pasa! - Dijo la sirena de piel color durazno y cabello color turquesa.
- ¡No te metas, Iris! - Darya contestó bastante enojada con una cara que
parecía querer matarla con solo mirarla.
- ¡Sardinas! Ya te pareces a Nerissa - Iris dijo esto. Darya al escuchar ese
nombre. Su rostro por unos instantes se puso de manera inexpresiva pero
instantáneamente su rostro nuevamente se transformó en uno de iría, no obstante
este rostro hizo parecer al anterior como uno de alegría. Sus dientes se
afiliaron, al igual que sus uñas y su pelo comenzó a flotar. Elissa sabía perfectamente
que su prima odiaba escuchar ese nombre, y peor si la comparaban con esa
sirena, por lo que se alejó de su prima rápidamente poniéndose contra la pared
completamente aterrorizada.
Darya sin decir una sola palabra, y como si de un proyectil se tratara se lanzó
con los brazos estirados en dirección a Iris violentamente a toda velocidad.
No sé esperaba el ataque, además la distancia entre ambas era demasiada corta
para al menos reaccionar.
Darya tomó a Iris de ambos hombros con sus manos, apretándolos violentamente.
Con la fuerza que se arrojó provocó que el cuerpo de Iris se precipitara contra
una de las gruesas paredes de la cueva, atravesándola y destruyéndola
bruscamente con tan descomunal impactado. Provocando que toda la cueva se
sacudiera, alarmando a las demás sirenas. Además se provoco un enorme estruendo
que se logró escuchar a la lejanía. Marit se percató de esto, pensó que sus
compañeras estaban siendo atacadas, dejando al Megalodon que había cazado en el
suelo para llegar más rápido.
Darya y Iris atravesaron varias de las gruesas paredes hasta salir de la cueva
dejando un enorme hueco detrás.
En eso, Darya le dio un enorme golpe con bastante furia en la cara a Iris, con
tal fuerza que la impactó bruscamente contra el suelo marino levantando una
enorme nube de polvo.
Iris yacía en el suelo aparentemente inconsciente. Darya se acercó y la observó
bastante molesta.
- ¡No me vuelvas a comparara con esa zanahoria oxigenada! -
Exclamo esto con bastante furia mientras Iris seguía inconsciente en el suelo.
Su aspecto volvió a la normalidad mientras la miro por algunos segundos con
bastante furia. Le dio la espalda para retirarse. Pero de pronto, una hoja muy
afilada se precipitó velozmente así el lado izquierdo de su cara provocándole
un enorme corte. De aquella enorme herida comenzó a escurrir su sangre. Sangre
de color azul fluyendo con el agua.
Su expresión perpleja cambió a uno de total furia volteando rápidamente hacia
donde esta Iris. Ella estaba de pie con la mano extendida y bastante enojada.
Con la velocidad de un parpadeo ambas se abalanzaron en dirección a la otra,
listas para pelear.
Iris dio un salto para evadir el ataque, este suceso desconcertó a Darya quien
no se esperaba dicha reacción. Una vez que había evadido el ataque y ya encima
de ella a una distancia segura pero no tan lejana. De sus manos formó un enorme
martillo para intentar golpear a Darya en la cabeza y dejarla inconsciente,
pero de algo que no tuvo en cuenta fue que ese movimiento la dejó vulnerable
para un contraataque, debido a que Darya al darse cuenta de esto se precipitó
hacia su abdomen golpeándola fuertemente que la elevó varios metros del piso provocándole
un enorme daño que hizo que escupiera bastante saliva. Darya dio un enorme
salto mientras Iris se agarraba con dolor el vientre soltando el enorme
martillo, el cual desapareció apenas lo soltó.
Darya dio una vuelta completa para golpear en la cabeza a Iris de manera violenta
y con bastante fuerza. El golpe fue tan brutal que nuevamente se impactó en el
suelo marino aparentemente bastante lastimada, levantando una enorme nube de
polvo marino que no permitía ver la zona de impacto.
Una vez que el polvo se disipó, Darya observó a su compañera en el suelo,
aunque se veía bastante lastimada, creo una enorme lanza con la que tenía toda
la intención de atravesar a Iris para matarla. Se arrojó velozmente con la
lanza apuntando en dirección al corazón de Iris para acabar con ella de una vez
y por toda. Finalmente lo logró, con aquella lanza le atravesó el corazón a su compañera
acabando con la vida de ella.
Pensó que había ganado y por fin pudo deshacerse de Iris. No tenía idea de que
todo era una trampa. Al tomarla del pelo para verle el rostro se percató de que
esa no era Iris, se trataba de un enorme muñeco de trapo con su forma.
- ¡Eres más almeja de lo que creía!
Vocifero Iris, lanzándose velozmente contra Darya por la espalda, golpeándola
bruscamente de tal modo que fue arrojada de manera estrepitosa a toda velocidad
de regreso hasta la cueva, volviendo atravesarla de manera violentamente,
fragmentando otras de las enormes y gruesas paredes de esta gigantesca cueva.
Mientras la brutal pelea se estaba llevando acabo, al mismo tiempo.
Las demás sirenas que se encontraban en la cueva fueron en dirección en donde
el poderoso estruendo fue producido. Mariana llevaba a su hermana en una
pequeña mochila a sus espaldas. Al llegar aquel lugar, observó a Elissa
bastante perpleja, además del enorme hueco que estaba atravesando la cueva. Se
acercó a Elissa tomándola gentilmente de los hombros y como una voz tierna le
preguntó. Gianaria asomando su cabeza por el hombro de su hermana se quedó
mirando a ambas.
- ¿Que pasó, Elissa? -
La sirena de piel morena al ver que Mariana estaba bastante cerca de ella se
sonrojo un poco. Cuando apenas estaba apunto de articular una palabra para
explicarle lo que estaba pasando.
Otro estruendo sacudió la enorme cueva, de tal modo que se estaba desmoronando
enfrente de ella.
- ¡Hay que salir de aquí! -
Exclamo fuertemente una de las sirenas, Emma. Para nadar velozmente en
dirección a la salida de la cueva mientras enormes pedazos de piedras caían por
el lugar.
Las demás sirenas la siguieron velozmente. Mariana rápidamente tomo la mano de
Elissa para salir de la cueva, algo que hizo que su cara se volviera como un
tomate. Para mala suerte de ambas, la salida fue bloqueada por varias enormes y
pesadas rocas. Esto las asustó ambas, Marianna sabía que no solo su vida estaba
en peligro, también la de su hermanita y la de Elissa lo estaban. Vio el enorme
hueco que estaba en la pared que conducía hasta la parte exterior de la cueva,
era un camino bastante largo, pero debía hacerlo.
- ¡Hay que nadar rápido, Elissa! -
Mariana le dijo esto a Elissa mientras la miraba, ella acentuó la cabeza
sonrojada mientras aún seguían sostenida de las manos.
- Metete a la mochila y cierrala bien hermanita! -
Gianaria al escuchar esto acentuó la cabeza, volvió a sacar su títere para
hablar nuevamente por el.
-
Si,
haremos lo que digas.
Al terminar de decir esto se encerró por
completo en la mochila,
Ambas nadaron a toda velocidad por el enorme hueco, pasando por varias de los
túneles de la cueva atravesando por el hueco. Nadaron lo más rápido que
pudieron mientras la cueva se estaba demorando rápidamente. De manera
increíble, casi como un milagro, lograron salir de la cueva en el último
segundo.
Mientras el corazón de ambas sirenas estaban latiendo fuertemente por el susto.
Se sonrieron mutuamente, pero en un instante un montón de polvo las cubrió por
completo, torciendo por esto.
Momentos antes de que la cueva se derrumbala, dentro de esta. Darya se
encontraba bastante molesta y adolorida por el fuerte golpe, además de haber
sido engañada con un truco muy estupido. Cuando estaba apunto de regresar, se
dio cuenta que la cueva comenzó a temblar, derrumbándose poco a poco en el
proceso. Vio a las demás sirenas salieron rápidamente de la cueva. Se dio
cuenta que su prima no estaba con ellas, se había quedado en aquel lugar
bastante lejano de la salida. Darya puso una genuina cara de preocupación
nadando en dirección a donde se encontraba su prima. Al llegar se dio cuenta
que la entrada está completamente sellada por enormes rocas. Intento quitarlas
rápidamente, incluso llego a destruir varias de las rocas pero esto solo
provocó que la cueva temblará más fuerte ocasionando que se comenzara a
derrumbar más rápido.
Al darse cuenta de esto, nada en dirección a la salida, mientras lágrimas
salían de sus ojos, repitiendo una y otra vez con una voz quebrada.
- ¡Perdón, primita! -
Iris a lo lejos vio como en cuestión de segundos aquella enorme cueva se
derrumbó por completo, provocando que toda la zona se llenara de polvo marino nublándole
la vista a todas las sirenas presentes, incluso a la propia Iris que se
encontraba bastante lejos.
Una vez que el polvo se disipó por completo. Iris observó a sus compañeras
sanas y salvas, pero bastante asustadas porque sus muertes estuvieron cercan.
Todas se dieron cuenta que Darya se encontraba en suelo llorando de manera
descontrolada y lamentándose porque pensaba que su prima estaba muerta.
Al levantar la mirada se dio cuenta que Iris la estaba viendo, rápidamente se
levantó e intentó volver atacar a Iris. Pero las demás sirenas rápidamente la
detuvieron, la fuerza de Darya era tan enorme que apenas las 3 sirenas podían
detenerla con bastante esfuerzo.
Darya le grito bastante enojada con voz quebrada mientras seguía llorando.
- ¡Por tu culpa mi prima está muerta! -
Iris le contesto bastante enojada, reprochándole como ella trataba a su prima.
- ¿Mi culpa? ¡A ti nunca te ha importado tu prima! Siempre la estás molestando
-
Ambas seguían discutiendo y la tensión estaba aumentando entre ellas.
Las
otras 3 sirenas soltaron a Darya, una de las sirenas de nombre Raissa comenzó a
reír levemente y aprovechando que los gritos entre Iris y Darya no dejaban oír
nada, soltó algunos comentarios bastante extraños y curiosos.
-
Miren
chicas, Darya y Iris van a tener sexo de nuevo.
Este
comentario dejó desconcertados a las otras sirenas, debido a la fuerte
discusión entre las 2 sirenas estas no las escucharon y siguió soltando
comentarios raros.
-
Chicas,
vayan a la superficie para tener sexo.
Mariana,
Gianria y Elissa miraban a lo lejos mientras se acercaban rápidamente al lugar.
Elissa no quería soltar a Mariana porque así se sentía más segura, y Mariana no
parecía molestarle esto.
Elissa se encontraba bastante preocupada porque no le gustaba ver a su prima en
ese estado.
- Mi prima está enojada. No me gusta verla en ese estado. -
Elissa dijo esto bastante asustada y llena de nerviosismo.
Mariana volteó a verla y simplemente le sonrió de manera gentil, asimismo la
pequeña Gianaria dentro de la mochila hizo lo mismo.
Elissa se sonrojo nuevamente, Mariana al ver esto desvió la mirada y también se
sonrojo ligeramente. Gianaria se percatado de esto y sonrió de una manera
feliz, le gustaba verlas juntas.
Ambas al estar cerca observaron como la tensión estaba subiendo a niveles
extremos.
Elissa le habló fuertemente a su prima.
- ¡Ya basta, Darya! -
Sin voltear a mirarla, contesto de manera enojada.
- ¡No te metas Elissa! -
Elissa pidió disculpas y agachó la cabeza.
A los pocos segundos, Darya se percató que su prima estaba ahí. Volteo a
mirarla y sonrió felizmente. Quería abrazarla fuertemente, no obstante toda esa
alegría se desvaneció al ver que su prima estaba tomada de la mano con esa
maldita sirena de pelo de elotes, convirtiéndose en una enorme ira. Rápidamente
las separa, dándole un fuerte empujón a Mariana. Elissa intentó defenderla pero
se vio intimidada por la mirada de su prima.
- ¡Alejate de mi prima! -
Dijo esto con bastante furia, Mariana ya hasta y enojada de su actitud; además
de que pudo lastimar a su pequeña hermana, la empujo fuertemente alejadola de
lugar y de la cercanía de su prima. Ella se puso enfrente de Elissa.
Darya se enojó a un más por esto que por el empujón.
- ¡No voy a dejar que una almeja como tú salga con mi prima! Por se que te
gusta.
Elissa al escuchar esto se sonrojo bastante.
Una
de las sirenas de nombre Raissa, cuya peculiaridad era que usaba lentes no pudo
evitar reírse al escuchar eso. Menciona entre carcajadas.
-
Las
Sirenas no nos enamoramos, para que lo haríamos. El único afecto que sentimos
es entre familias o entre miembros de nuestras especie. A veces. –
Darya
bastante molesta le contesto a la sirena con anteojos.
-
Tu
no te metas, Raissa. Este no es tu asunto. –
Por
otro lado, Mariana se sonrojo un poco y le contesto algo que hizo que Darya se
enojara aún más.
- Si fuera así a ti que te importaría. -
Elissa al escuchar esto se sonrojo aún más cubriéndose la cara con sus manos de
forma apenada. Darya se lanzó rápidamente hacia a ella. Pero de manera
repentina fue frenada debido a que alguien la detuvo de la cola.
- ¡Sueltame estupida almej.....-
Mientras decía eso bastante enojada se percató de quién la detuvo era Marit,
por lo que su expresión de enojo cambió a uno de preocupación.
- ¿Que pasó aquí? -
Pregunto con una voz firme y bastante intimidante. Darya bastante intimidada no
supo que contestarle, por lo que rápidamente culpó a Mariana e Iris de lo
sucesos.
Una discusión entre las 3 sirenas comenzó, gritando y culpando a la otra de los
sucesos. Hablando al mismo tiempo que no se le lograba entender nada a ninguna.
El constante ruido provocó que la paciencia de Marit comenzara acabarse.
Completamente enojada dio un enorme y estruendoso grito provocando que todas
las sirenas presentes quedaran bastante asustadas, incluso se pudo escuchar a
varios metros a la lejanía que los animales marinos como: peces, cangrejos e
incluso delfines se alejaron de la zona lo más rápido que podían por el susto.
- ¡No me importa quién fue la culpable! Destruyeron la cueva y ahora ya no
tenemos donde vivir. -
Dijo esto con una voz firme llena de completa autoridad mientras las miraba a
todas. Todas las sirenas bastante apenadas se disculparon. Marit pensó que
probablemente había sido bastante dura con todas, al menos no había pasado nada
grave y se encontraban bien. Bueno, eso pensó por unos instantes, ya que al
mirar a cada una de las chicas se percató que solo había 8 sirenas presentes,
faltando una: Coral.
Esto la preocupó bastante porque por unos momentos pensó que tal vez se había
quedado entro de la cueva sepultada entre un montón de rocas.
- ¿¡Donde está coral!? ¿Se quedó en la cueva?. -
- No, te hecho pensé que estaba contigo. -
Mariana le respondió de manera intranquila, ya que tenía la esperanza que se
encontrara con ella.
- No, de hecho cuando me fui estaba durmiendo con ustedes. Eso fue como hace 45
minutos. -
Marit se nota más preocupada por el paradero de Coral. Rápidamente las organizó
en equipos para comenzar a buscarla. No había pasado mucho tiempo y no debía
estar muy lejos de la zona, además tenían que ir a recoger el megalodon que
había cazado momentos atrás, pues sin ese enorme pez cartilaginoso se quedarían
sin alimento suficiente de nuevo.
Marit las separó en el siguiente orden, asegurándose de separar a las más
fuertes para que pudieran proteger a las más débiles.
Ella estaría junto a Darya, porque necesitaba a otra sirena fuerte para cargar
al megalodon más rápido hasta una zona segura.
Iris estaría junto a Livia.
Emma formaría grupo con Raissa.
Y finalmente: Mariana y Gianira estarían junto a Elissa.
Al escuchar esto, Darya mostró un rostro lleno de inconformidad, no le gustaba
para nada que su prima tuviera algún contacto con Mariana.
Marit se percató de esto, ya le estaba cansando aquella actitud mostrada por
Darya. Le hizo una pequeña pero fuerte pregunta.
- ¿Algún problema con los equipos?
Darya simplemente se limitó a mover su cabeza de lado a lado en forma de
negación. Aunque se le notaba bastante claro que era más por presión que por
estar convencida.
- Bien, busquen a sus alrededores. Cada equipo en uno de los puntos cardinales,
si encuentran algo sobre Coral toquen el caracol (Marit hace aparecer un enorme
caracol de mar de sus manos para inmediatamente de mostrarlo desaparecerlo) de
igual modo si se encuentran en peligro. Y todas miremos de inmediato a la zona
¡Entendido! -
Marit dijo estos a sus compañeras mientras todas escucharon atentamente. Al
terminar las indicaciones dichas, todas de manera fuerte contestaron un
rotundo.
- ¡Si! -
Inmediatamente partieron en dirección a su objetivo con la esperanza de
encontrar algo sobre su compañera desaparecida.
Mientras Marit nada junto a Darya, esta seguia refunfiniendo constantemente y
durante todo el camino. Poco a Poco su paciencia comenzó acabarse, se estaba
harto de la actitud más infantil de esta chica.
Por otra parte en el lado este de la zona, Mariana y Elissa se encontraban
nadando gritando en voz alta el nombre de Coral, esperando que esta les
respondiera o como mínimo escuchar algo sobre ella, pero simplemente no
escuchaban ningún rastro de ella. Gianira por otro lado seguía dentro de la
mochila mirando de manera atenta a sus alrededor.
La expresión de Mariana se notaba bastante ansiosa y llena de preocupación. Su
hermanita al notar esto, rápidamente salió de la mochila para tratar de abrazar
a su hermana y consolarla. Pero debido a su condición por su cola le costaba
bastante nadar, únicamente quedándose flotando en el agua tratando con bastante
esfuerzo ponerse enfrente de ella.
Mariana no se percatado de esto, pero Elissa si lo hizo, ayudándole a llegar a
los brazos de su hermana.
Ella se preocupo bastante pero eso se desvaneció cuando su pequeña hermanita la
abrazo, provocando de toda su angustia desaparecieran. Después de eso Mariana
la reprendió por salirse de esa manera, debido a que solo se quedaba flotando
una corriente de agua fuerte se la pudo haber llevado.
Aún así decidió dejarla fuera unos momentos bajo su supervisión. Elissa le
pidió permiso para poder tomarla de la mano y hacia ayudarle a nadar, cosa que
ella aceptó.
- Sigo sin entender como tu y Darya son primas. -
Mariana que hizo una pregunta a Elissa, quien seguía tomando de la mano a
Gianira. Elissa sonrió un poco hablándole como es la relación con su prima.
- Darya no es mala, de hecho cuando eras más pequeña éramos muy unidas. Siempre
que estaba triste solía usar un títere que llamaba, Mermlaidy. Era bastante
gracioso. -
Esto sorprendió bastante a las hermanas, solo llevaban conociendo a Darya hace
como unos 2 años aproximadamente. Y desde esos momentos era una gruñona que se
alteraba si se acercaban a su prima.
Mientras ambas pensaban eso, el rostro felicidad de Elissa cambió a uno de
melancolía mientras seguía hablando.
- Pero todo cambió cuando nuestras madres murieron. -
Iris y Livia se encontraban en el norte.
Ellas no tenían una relación muy grande, por lo tanto no hablan mucho entre
ellas mientras buscaban a Coral. Limitándose a preguntar si encontraban algo.
Eso hasta que Livia, una sirena de piel morena y cabello largo color castaño
mencionó un dato que llamó la atención de Iris.
- Parece que se lo llevo la corriente. Tal vez si le hizo caso a sus
pesadillas. -
- ¿Que pesadillas? -
Iris escuchó esto y quedó confundida mientras seguía buscando. Preguntándole a
su compañera sobre ese extraño comentario.
Por otra parte, Marit y Darya en la parte sur del área ya estaban apunto de
llegar a la zona en donde se había quedado el cadáver del Megalodon. Darya
seguía hablando entre dientes, Marit se detuvo bruscamente provocando de Darya
se asustará por eso.
- Deja de hablar entre dientes. -
Marit dijo esto bastante molesta mientras estaba enfrente de Darya dándole la
espalda.
Si bien estaba asustada le contesto enojada reprochándole el como había formado
los grupos, sobretodo porque puso a su prima con Mariana y Gianira.
- Es tu culpa. Pusiste a mi prima con esa tarada cabeza de elotes. -
Marit se volteó en su dirección para preguntarle.
- ¿Por qué te molesta? -
- No me molestaría si esa almeja no estuviera cortejando a mi prima. Tiene como
30 años menos que ella. -
- Somos Sirenas, 30 años para nosotras no son nada. Además nosotros no
cortejamos ¿Para que lo haríamos en primer lugar? Esas cosas no nos importan.
Una sirena sólo siente afecto por su familia y a su especie.
Darya escuchó esto y no supo que contestar. Marit estaba apunto de preguntarle
algo a su compañera, justo en ese instante su interrumpida con Darya diciéndole
que un enorme Con Ritt a lo lejos estaba tomando algo del piso. Marit volteó y
se percató que lo que estaba sosteniendo aquella criatura era al megalodon que
había cazado.
Darya nadado rápidamente para atraparlo, pero Marit sabía que eso era una mala
idea, intento detenerla pero fue más rápida de lo que esperaba. Por lo que
decidio seguirla.
-
¡Oye! Suelta eso asqueroso artrópodo. -
Grito al enorme y joven Con Ritt mientras sostenía el cadáver del megalodon con
sus poderosas pinzas tan grandes como el propio tiburón. Este enorme artrópodo
ignoró el grito de la sirena que cada vez se acercaba más a el, caminando con
sus múltiples patas articuladas mientras se alejaba de la zona. Cuando Darya
estuvo algunos metros cerca del Con Ritt para comenzar a pelear con el y
quitarle en el proceso a su presa. Marit se puso enfrente de ella para
detenerla y evitar que termine muriendo.
- ¿Que haces Marit? ¡Hay que detenerlo! -
Darya le dijo esto a Marit, la cual simplemente se limitó a decirle.
- Mejor déjalo, si lo haces moriremos. -
Esta respuesta molestó bastante a Darya, pero sabia que tenía razón. El único
problema no era solo su enorme tamaño, casi 55 metros de largo, o sus pinzas
que pueden ejercer una fuerza de presión descomunal. Ni sus enormes y gruesas
placas óseas; de al menos 50 cm de grosor, que cubren todo su cuerpo. Tan duras
y resistentes que hacen ver el acero reforzado como una simple hoja de papel
insignificante. El verdadero peligro era su capacidad de expulsar chorros de
aguas hirvientes, esta agua es capaz de superar los 10000 grados centígrados,
por lo que cualquier cosa que estuviera a su alcance sería evaporado en
segundos por completo.
Ambas observaron como aquella bestia se llevaba su alimento sin poder hacer
nada.
Mientras ambas veían eso, el sonido de un caracol se escuchó en el oeste. Todas
escucharon eso por lo que rápidamente se dirigieron a esa zona.
En la zona donde se encontraba Elissa, ella cargó a Gianira para llegar lo más
rápido posible.
En esa zona se encontraban, Emma y Raissa. Raissa de todas las sirenas del
grupo es de la más inteligente, capaz de crear estratégicas para la caza e
incluso para defenderse de otros grupos de sirenas o especies que intenten
atacarla y/o quitarles sus pocos recursos. Suele usar unos lentes aunque no los
necesite para nada, simplemente le gusta usarlos, es más ni siquiera tienen
cristales.
Emma es más fuerte que ella, lo suficiente para ser alguien de temer y poder
protegerla mientras estén juntas.
Todos las sirenas llegaron a la zona donde se encontraban.
Raissa rápidamente le mostró lo que había encontrado, un mechón de pelo de
Coral, además una de las piedras tenía marchas de uñas, como si algo la hubiera
arrastrado hasta la superficie.
Marit se preocupó y rápidamente supo quién era el culpable de esa desaparición,
el "demoncuochiverzi" o "la cosa roja". Todas pusieron una
cara de terror absoluto, y por su parte Gianira se aterrorizó al escuchar el
nombre “demoncuochiverzi" por lo que abrazo a Elissa mientras la estaba
cargando. Darya observó eso, molestándose al ver a su prima con esa niña, pero
decido contenerse. Marit subió hasta la superficie para ver si ese sujeto
seguía ahí en su barco, pero al mirar por todos lados no había nada más que
enormes extensiones de agua.
Después de un rato, Marit aceptó que su amiga se había ido para siempre.
No solo habían perdido la comida del día, también a una compañera. Esto último
a Marit le dolió bastante hasta el rincón más profundo de su alma.
La zona donde estaban ya no era segura, debían seguir nadando e ir algún otro
lugar. Después de algunas horas de nadar encontraron un enorme cardumen de
atunes.
Raissa hizo un plan para poder capturar la mayor cantidad de atunes posibles.
Consistiendo en rodearlos entre 5 de ellas de manera rápida para confundirlos,
mientras las otras con lanzas los atrapaban.
La caza fue un éxito, logrando pescar varios de estos peces. La noche llegó,
por lo que decidieron salir del océano para descansar en una pequeña isla que
encontraron para poder cocinar los peces y comerlos.
Si bien estaban feliz por estar juntas también no podían evitar sentirse triste
por su Compañera Coral, sobre todo a Marit, por su parte a Elissa parecía no
importarle mucho.
Todas comieron los peces cocinados. La pequeña Ginaria fue la que más comió,
incluso se quedó con hambre. Por lo que su hermana le dio el suyo. Elissa
quería compartir el suyo con Mariana, pero su prima la detuvo.
Después de eso regresaron al agua para descansar en una de las pequeñas cuevas
que había en la zona. Todas dormían juntas un lado de la otra, de esta forma si
una despertaba alertaba a las demás. Marit
decidió quedarse despierta al menos unas horas más, y al día siguiente
no salir a cazar temprano hasta que todas estuvieran despiertas.
[algunas semanas después]
El grupo se encontraba descansando en una cueva submarina en el océano Pacífico
en el centro de este.
Al despertar todas tenían que hacer una rutina diaria que fue propuesta por
Raissa y aprobada por Marit para evitar que vuelva a pasar algo como lo de
Coral. En grupos de 2 (conformados como la última vez) inspeccionarían la zona
a unos 100 metros para asegurar que sea seguro.
Mariana observo la zona como a unos 50 metros lejos de la cueva, cuando te
pronto observo como aquella "cosa roja" se estaba acercando muy a lo
lejos, estaba bastante lejos, pero debido a su hermano tamaño se podía ver
perfectamente que se trataba de ella.
- ¡Cara de ajo! Hizo aparecer el caracol para soparlo fuertemente-
Al hacer esto nada rápido de regreso a la cueva, acción de todas replicaron
para esconderse. Marit de manera percápita y tratando de esconderse pero
también para poder observar la trayectoria de la criatura, creo una especie de
binoculares, que estaban formados por 2 botellas de vidrios.
Se percató que en efecto, aquella criatura sí era "la cosa roja" pero
había algo raro con ella. Era enorme, roja y con un gran caparazón en su
cabeza, pero esta no tenía los ojos verdes si no de color azul, y en vez de
tener 5 tentáculos enormes tenía una cantidad de absurda de apéndices que poder
contarlos era casi imposible. Por lo cual temió que hubiera más de una de estas
criaturas extrañas. Pero lo que más llamó su atención era que algo la estaba
acompañando, algo que estaba recostada en su enorme caparazón.
Logro observar con algo deteniendo aquella persona que estaba encima de ella.
Era una sirena con un enorme cabello de color rojo. Supo rápidamente de quién
se trataba, por lo que dijo con un tono de desagradado.
- No puedo creer que siga viva. -
Mariana confundida le preguntó confundida al no saber de quién se trataba.
- Nerissa, sigue viva. -
Mariana siguió confundida ya que era la primera vez que escuchaba ese nombre,
también porque a Marit parecía desagradarle su presencia.
Mientras pensaba en eso, inmediatamente Darya le arrebató los binoculares a
Marit, algo que dejó impresionadas a todas por esa reacción, incluso a la propia
Marit.
Darya comenzó a maldecir al darse cuenta que efectivamente se trataba de
Nerissa.
- Asquerosa almeja, sigue con vida. -
Las demás sirenas comenzaron a murmurar sobre eso, la mayoría pensaba que ya
esta muerta hace años, excepto Mariana y su hermanita no sabían de quien se
trataba.
Elissa le tocó el hombro para explicarle sobre esa sirena de cabello rojo.
- Nerissa, es el reina de las sirenas. La reina de nosotros.
Darya interrumpió a su prima ignorando el hecho de que Elissa estaba bastante cerca
de Mariana por su enojo.
- De lo único que es reina, es la reina de las almejas. Estúpida, cabeza de
puré de tomate. Se cree mejor que yo pero solo es basura marina -
- ¡Abajo! -
Marit exclamó eso para tomar a Darya y esconderla debido a que "la cosa
roja" ya estaba bastante cerca. Debido a la gran velocidad a la que paso y
a su descomunal tamaño arrasó la zona levantando una enorme nube de polvo.
Cuando se disipó todo aquel polvo salieron de su escondite para observar como
aquella criatura se alejaba hasta perderse.
- ¿Por qué esa Almeja pelo de Tomate está con esa cosa? -
Darya se preguntó asimisma en voz alta.
- No lo sé -
Marit le contesto mientras observaba la dirección a la que iba, una zona que
ella conocía bastante bien.
- ¿Y a dónde van? -
Elissa le preguntó a su prima, quien no le respondió.
Marit le contesto su duda.
- Lo único que hay en esa dirección es el Pozo de Oceanus. -
Todas las sirenas escucharon eso y quedaron confundidas, porque irían en esa
dirección. Tal vez para recuperar el tridente. Debido a que ellas desconocían
que Nerissa lo sacó hace tiempo atrás con la ayuda de Ruby Gillman.
Pasaron algunos días y las sirenas siguieron su camino hasta que finalmente
llegaron a una pequeña isla en el océano Pacífico rodeaba por una espesa niebla
que la volvía prácticamente invisible, a varios kilómetros de las costas de
California. Donde decidieron establecer ya que tenía todo lo que necesitaba
para sobrevivir, volviéndola su hogar.
Usando una de las cuevas como casa, decorándola para hacerla más cómoda para
vivir. Incluso cada sirena tenía su propia habitación.
Parecía que las cosas estaban mejorando para ellas.
En uno de esos días, Elissa se encontraba jugando con Gianira mientras las
demás sirenas salieron para seguir buscando algo para comer y más recursos para
su hogar. Darya esto no le gustaba para nada, pero Marit la obligó para que la
convivencia mejorara, por lo que solo podía aguantarse sin quejarse.
Gianira ahora tenía una prótesis de madera en su pierna izquierda construida
por Raissa, aunque no le servía cuando tomaba su forma de sirena, por lo que
aún tenía estar en la mochila de su hermana para desplazarse en el agua.
Gianira con su títere comenzó hablar con Elissa.
-
Eres grandiosa Elissa. Gianira le gusta mucho tu compañía –
Elissa
se sonrojo poniéndose bastante contenta al escuchar eso. Pero lo que dijo
después no le gustó mucho.
-
No
como tu prima, que es una maldita alm…. –
Gianira rápidamente le tapó la boca la boca al títere
para que no dijera esa palabrota. Ambas se miraron fijamente por algunos
segundos de incomodidad. Finalmente decidieron olvidar ese comentario y seguir
jugando.
Mientras ellas estaban pasando un buen rato, Darya apareció con algo capturado
y tapado con una manta blanca.
Mientras se acercaba parecia estar disgustada, pero antes de que pudiera decir
algo. Raissa también llegó disgustada.
- Darya se supone que debemos ir en equipo y te fuiste por tu cuenta. Si Marit
se entera se va enojar. -
- Se pondrá feliz cuando sepa lo que traje. -
Quito la manta que cubría la jaula revelando que dentro de ella estaba Nessie
demasiado asustado, lo dejó en el piso cerca de Gianira. Ella lo miro
confundido al igual que Elissa, quien simplemente se limitó a decir.
- ¡Wao! ¿Que es eso? -
Raissa le contesto para explicarle de que especie se trataba Nessie.
- Parece ser un monstruo del lago bebé. Pero no creo que sea uno. Es muy
diferente a uno de raza pura.
Darya y Raissa comenzaron a discutir.
- Si lo es debe de saber rico. Valió la pena en vez de pescar esos tontos
tiburones blancos.-
- Esa cosa no va alcanzar para todas. -
- Lo que importa es el sabor. -
- No vale la pena por algo tan insignificante. -
- ¡Te crees muy lista por usar esos estúpidos lentes! -
Elissa y Gianira simplemente observaron como la tensión entre ambas subían.
Gianira observó como como aquella criatura rosada estaba bastante asustada,
metió su mano a la jaula para intentar acariciarlo. Nessie se puso nervioso
pero se calmó al sentir la mano de la pequeña y darse cuenta que no tenía
intensiones malvadas. Gianira le sonrió gentilmente. Esto provocó que Nessie
comenzara a sonreír y dar vueltas entre si.
-
Es
bastante tierno, ¿Cierto, Gianira?
Acentuó
la cabeza felizmente mientras miraba su títere en la mano.
Mientras tanto debido a al secuestro de Sam por parte de
Zafiro hizo que nadie se percatara de la desaparición de Nessie, bueno excepto
Bliss, quien observó que algo lo atrapó mientras nada por la orilla en busca
del pequeño Gillman.
- Continuara -
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