lunes, 29 de julio de 2024

capitulo 1 borrador

El tiempo parece avanzar demasiado lento y demasiado rápido al mismo tiempo. Es contradictorio en algunas ocasiones.  Hace relativamente un mes, Ruby Gillman descubrió su verdadero origen y su vida dió un giro de 180 grados.

Desde aquel momento se convirtió en la nueva protectora del Reino, el oceano y su querido Oceanside; su hogar, donde vivían su familia, amigos y su actualmente pareja: Connor.
A pesar de todas las dificultades que enfrentaba desde entonces, como la ballena, el Omibuzo y otros peligros de poder descomunal. Lograba salir con la victoria en sus manos en cada una de esas batallas. Su fama y reconocimiento fue tan grande que comenzó a tener reconocimiento tanto dentro como fuera del océano. Reconocimiento de seres que la admiraban como de seres que desean enfrentarla para quitarle su puesto.

Su influencia en la superficie era tan grande que logró hacer que ambas especies pudieran llevarse mejor. 
Al punto que otros Krakens del Reino habían decidido comenzar a visitar e incluso ir a vivir a Oceanside de manera indefinida.

Su vida parecía ser perfecta desde aquel momento que enfrento a Nerissa, y sus problemas parecían haber terminado para siempre. 
Pero la vida puede ser muy indiferente, cosas del pasado de las cuales no eres responsable pueden volver para que pagues esas deudas, cuando todo parece haber terminado, realmente no. 
Las Deudas Pasados siempre vendrán por ti.


Los rayos del sol comienzan a salir por el este. Significando que un nuevo día estaba comenzando. 
Iluminando las grandes aguas del océano pacífico hasta llegar a las costas de la tranquila ciudad de Oceanside. 
Los rayos del cálido sol llegaron a una casa en particular. Entrando suavemente por una ventana hasta el rostro de una Kraken adolescente: Ruby Gillman. 
El cuarto de la joven Kraken comenzó a iluminarse por completo al mismo tiempo que su despertador comenzó a sonar. Este sonido que podría resultar molesto para algunos para ella era agradable, son el comienzo de un nuevo día que puede disfrutar.
Dió un gran bostezo mientras estiraba sus brazos para recuperar la movilidad de estar inactiva toda la noche. Frotó su ojo derecho con su mano y a su vez se retiraba el protector bucal. El cual utiliza para evitar que su mandíbula se mueva bruscamente debido a su carencia de huesos durante las noches.
Apago el despertador suavemente  mientras aún soñolienta sonreía mirando hacia la ventana como el día estaba comenzando.

- Otro día hermoso en mi querido Oceanside. No crees, Nessie -
Exclamó felizmente mientras le hablaba a su querido Nessie que comenzó a ladrar de felicidad.
Ruby alegremente se dirigió al Sanitario para prepararse e ir a su instituto.

Comenzando su rutina matutina con un relajante baño de burbujas en su tina. El agua era tan revitalizadora que comenzó a tararear una canción mientras se relajaba. 
Después de algunos minutos, tomo una toalla para secarse mientras lavaba sus brazos de la cabeza.

Mirándose al espeso, observo que su piel se encontraba un poco reseca. Tomo un caracol que tenía para usar su baba alrededor de su cara, tentáculos y brazos para rehidratarse. 
Una vez que terminó su aseo personal, comenzó a vestir usando su clásica ropa: Su short, sus botas, calcetas de colores y su suéter verde. Pero está vez quería usar algo más especial. Era un nuevo día, Un nuevo comienzo en la universidad. Por lo que decidio colocarse una chaqueta de color azul que su querido novio le había regalado el día anterior por cumplir un mes de noviazgo.

Preparada para iniciar de la mejor manera este día. Bajo por las escaleras alegremente saludando a todos los miembros de su familia.

- ¡Buenos días, Familia! -

Su padre: Arthur Gillman se encontraba cocinado como era de costumbre, mientras su madre se preparaba para su trabajo en bienes raíces. Y su hermano: Sam Gillman al igual que ella se dirigía para sentarse a desayunar.

- ¡Buenos días, Hijos. -
Dijo Agatha mientras servía el café en su taza mientras Ruby se dirigía al comedor para desayunar.

- Buenos días, mamá. -
Ruby y Sam contestan mientras se sentaba. Arthur le sirvió el desayuno recién preparado a sus hijos que había preparado com bastante cariño. Algo habitual en el.

- Aquí tienes, hijos. - 

-Gracias, papá -
Ambos hermanos contestaron al mismo tiempo, comenzando a desayunar.
Sam se percató que su hermana estaba más feliz de lo normal.

- ¿Por qué tan feliz, Hermana? -
Pregunto a su hermana mientras ella desayunaba. Ruby volteo en su dirección mientras seguía masticando sus alimentos.

- ¿Por qué no estarlo? El día es hermoso. 
Ella se limitó a respóndele eso. Su expresión de felicidad era tan genuina que parece que no conociera la tristeza.
Agatha se percató de esto. Volteo a ver a su esposo sonriendo ambos.

- Tu hermana tiene razón hijo. A veces puedes sentirte feliz con pequeñas cosas. No es así, cariño. - 
Agatha y Arthur se dieron un beso después de estas palabras.

Sam al ser testigo de este acto. Escupió la comida de su boca haciendo una mueca de asco. Ruby comenzó a reírse un poco al notar está actitud de su hermano. Seguía pensando que aún era demasiado joven para entender la situación.

- ¿Sabes, Sam? Antes me daba un poco de incomodidad esa situación. Ahora ya no, lo entenderás cuando crezcas y tenga pareja. -
Ruby siguió comiendo su desayuno.

- ¡Wakala! Yo nunca me voy a enamorar. -
Ruby se rió nuevamente comenzando a decirle que ella pensaba así antes.
Sam al notar esto decidió seguir comiendo pese al asco que sentía. Ignorando por completo lo que decía su hermana. 

Después de terminar el desayuno y ayudar con los platos sucios.
La familia Gillman se encontraba lista para comenzar un día más. Cada uno se dirigió a sus respectivos destinos. Ruby y Sam caminarían como de costumbre a sus respectivos colegios. Mientras sus padres van a sus respectivos trabajos.
Ruby camino un par de calles tranquilamente. Hasta que se topo con el autobús de turistas del Capitan Gordon. También noto que si Tío; Brill, se encontraba con el como de costumbre.

- Hola, Ruby -
Brill saludo a su sobrina alegremente. Ruby le devolvió el saludo.
Todos los pasajeros al escuchar el nombre de Ruby se volvieron locos. Queriendo ver a la famosa "Ruby Gillman". Tanto Krakens como los humanos querían al menos verla.
Gordon al percatarse de esto tomo su micrófono.

- Y aquí tenemos a la famosa Ruby Gillman, la protectora de Oceanside. -

Todos comenzaron a tomar fotos y hablar al mismo tiempo. Se encontraba felices al estar cerca de ella. En especial una Kraken  de color amarilla con círculos rosados en su cuerpo. Se notaba que era una gran admiradora de ella. Hasta tenía una camisa blanca con el logo que la escuela de Oceanside había colocado en su honor. A su lado está un Kraken varón más pequeño de su mismo color de piel.

- Mira hermanito es Ruby ¡Ruby! Soy tu administradora. ¡Hola, Ruby! Saluda Beryl.

- Hola, Señorita Ruby. - 
El pequeño Kraken saludo tiernamente a la Kraken adolescente.

Ruby noto a ambos hermanos por lo que les devolvió el saludo con una sonrisa cálida.
A pesar de que la situación era bastante tierna. Ruby no pudo evitar sentirse incómoda por la situación. Toda esa gente hablándole y viéndola al mismo tiempo le hizo recordar aquella situación en la que gran mamá la había puesto tiempo atrás.
El Capitan Gordon volvió a hablar por el micrófono.

- Creo que a nuestra querida Ruby le gustaría decir unas palabras ¿No crees, David? -
Dijo Gordon mientras David abría y cerraba sus pinzas para afirmar la respuesta de Gordon.

Ruby se encontraba algo entre una mezcla de felicidad y vergüenza. Sentía que le iba a dar un ataque de pánico.

- Vamos, Ruby. Tu puedes. -
Brill le acerco el micrófono a su sobrina. A pesar de sentirse incómoda pensó que era su deber corresponderle todo el cariño que ellos le estaban dando.

- Solo quiero decirles que estoy muy feliz de que los Krakens y los humanos puedan convivir en armonías. Y que no importa nada, yo siempre voy a proteger al Reino y Oceanside. -
Todos en el autobús comenzaron a aplaudir por esas palabras. La Kraken amarilla estaba llorando de la emoción.

- Ahora sí me disculpan, debo retirarme. Es mi primer día en la universidad.

Después de decir esas palabras comenzó a correr lo más rápido que pudo para poder llegar temprano a su primer día. Además sus amigos y novio la estarán esperando como habían acordado el día siguiente. 
Mientras avanzaba hacia la entrada, escucho una voz conocida, que a su vez le resultaba algo desagradable.

- Hola, Ruby -
La voz pertenecia a un joven de piel caucásica, cabello negro y una marca de color café en forma de serpiente en su lado izquierdo de la cara. Portaba una camisa de mangas blancas con el pecho rojo y un gran número 7 de color negro en el centro.

- Hola, Jack, ¿el día de hoy si vas a entrar a clases?
Ruby pregunto a Jack con algo de desinterés en sus palabras pero una sonrisa en su rostro.

- No, de todos modos reprobare nuevamente el ciclo escolar. Por lo tanto no me interesa -
Jack le contesto sin mirarla mostrando poca importancia a eso.

- Deberías preocuparte más por tus estudios, Jack. -
Ruby trato de ser empática en sus palabras. Pero la mirada del muchacho era de enojo total.

- Deberías preocuparte más por hacer un buen trabajo defendiendo esta ciudad. -
Jack dijo esto bastante enojado.

- ¿A qué te refieres? -
La mirada de Ruby y su tono de voz se volvieron más agresivos. Jack se levantó de su asiento también molesto.

- Ya se te olvidó. Cuando peleaste con esa cosa parecida a un buzo. Tomaste mi auto y lo arrojaste hacia esa cosa . -
Jack dijo esto enojado presionando la cara de Ruby varias veces con su dedo.
Ruby se notaba molesta. Aparto la mano de su cara.

- Te prometí que mi familia y yo te compraríamos uno nuevo. -

Esto más que calmar a Jack parecía enojarlo más. Ambos comenzaron a discutir por algunos minutos.
La tensión aumento entre los 2 con cada palabra que se decían.
Hasta que en un momento Ruby se harto deteniendo la discusión abruptamente.

Observo a lo lejos unas figuras, logrando visualizar a sus amigos: Margot, Bliss y Trevor, junto a ellos estaba Connor, saludando todos al mismo tiempo. Su mirada de enojo cambio a una de felicidad. 
Les devolvió el saludo y para comenzar a correr en dirección a ellos. Empezó a correr, sin embargo tropezó callendo bruscamente con el piso. Su cuerpo elástico hizo que rebotará como una gelatina. 
Sus amigos a la lejanía vieron eso. Por lo que corrieron a donde se encontraba ella.

- Ruby, ¿Estás bien? -
Pregunto Connor mientras se acerca corriendo hacia ella para ayudarla a colocarse de pie.

- Si estoy bien. Me han dado golpes peores -
Contesto Ruby riéndose de la situación.

- Oye ¿cuál es tu problema? -
Margot le dijo a Jack enojada mientras seguía sentado en la banca indiferente a la situación sin decir una sola palabra.

- ¿Quieres que te de una paliza? - 
Connor exclamó enojado. Ruby al notar esto le hizo un gesto para evitar un conflicto entre ellos y mejor retirarse.

El grupo de amigos decidieron mejor marcharse del lugar para ir a clases.

- ¿Que le pasa a ese tipo? -
Dijo Connor enojado mientras abrazaba a su novia para ayudarla a caminar. No era necesario hacerlo pero a ninguno de los 2 parecía molestarle.

- Igual es un idiota, tiene 20 años y va en el mismo grado que nosostros. -
Margot le contesto a Connor también molesta con la situación anterior.

- Me sigue sorprendiendo que lo acepten en el instituto. Falta constantemente a clases. -
Bliss dijo con su clásico tono sombrío.

- Parece que no le gusta subir de nivel. Entienden "Nivel".
Trevin dijo intentando hacer una broma mientras jugaba con su videojuego.

Ninguno parecía reírse.

- Los chistes son lo mío, Trevin. -

Todos comenzaron a reírse de ese chiste malo.
Esa situación desagradable quedó rápidamente atrás como una anécdota algo graciosa gracias a sus amigos.
Las horas pasaron junto a las clases. Ruby disfrutaba demasiado de todas las clases, pero más de las clases de matemáticas.
Esas clases le hacían recordar buenos momentos, como aquella vez que conoció a Connor. El se había acercado a ella para pedirle asesoría debido a que no era bastante buena. 
Ruby aceptó con gusto, siempre había ayudado a los demás con sus problemas. Al principio su relación era exclusivamente de alumno y maestra. Después de hablar un poco ambos comenzaron a congeniar y llevarse mejor. Sin darse cuenta ambos comenzaron a gustar del otro.
Las matemáticas siempre fueron algo que ella disfrutaba, pero ahora tenía un significado más intenso y hermoso.

Al finalizar las clases, el grupo de amigos decidieron salir a dar un paseo.
Comenzando a caminar alrededor del muelle hasta que llegaron a lo que parecía ser la atracción turística dónde Nerissa era mostrada por el capitan Gordon.

- Pienso que debería ser mejor ir por otro lado. -
Bliss dijo. Ruby al percatarse de esto decidió hacer una pregunta.

- ¿Por qué? -
- Bueno, Cariño. Tu sabes. -
Connor dijo a Ruby pensando que tal vez se sienta incómoda estando cerca de ella.

- Cariño, eso fue hace tiempo. Ver a Nerissa no me afecta. - 
Ruby le contesto con seguridad en su voz.

_ ¿Estás segura, Ruby? -
Margot le pregunto.

- Claro, chicos. Sigamos caminando. - 
Ruby dijo esto para tomar de la mano a su novio y comenzar a caminar en dirección al lugar donde se encontraba la atracción de Nerissa.
Mientras avanzaban dentro de aquel enorme estanque. Nerissa estaba dando varias vueltas en esta enorme pecera. Su mente se encontraba llena de varios pensamientos a la vez. Su mirada estaba perdida en esos pensamientos hasta que su mirada se centro en Ruby al verla pasar con aquel grupo de humanos que tenia de amigos.

- ¡Oye! ¿Que crees que haces caminando por aquí? Camarón de agua dulce. -
Nerissa le exclamó a Ruby. La cual volteo. Si mirada a simple vista parecía indiferente, pero también se le notaba bastante enojada y decepcionada.

- Estoy caminando. Nerissa. -
Su voz se quebró un poco pero rápidamente la puso otra vez en su tono normal para pasar desapercibido.

- ¿Crees que estás a salvo ahora? Algún día saldré de este lugar, y tomaré el lugar que me corresponde. - 
Nerissa seguía con su tono desafíante y arrogante como era habitual en ella.

Ruby estuvo a punto de contestarle. Pero al ver el estado que parecía estar. Connor con una mirada le pidió que se abstuviera de contestarla.

- ¿Cómo? Ya no hay tridente. -
Margot le pregunto esto a Nerissa mientras se acercaba al vidrio y la señalaba.
Nerissa parecía estar molesta, por lo que también se acercó.

- No lo sé cuatro ojos. Pero cuando salga tu serás la primera a la que golpee. -
Nerissa contesto bastante enojada mientras pegaba su cara al cristal reforzado del estanque.

- Espero que al menos no te demores 15 años para otro plan patético. -
Ambas estaban enojadas mirándose atrás vez del vidrio reforzado.

- Es mejor retirarnos. -
Connor dijo al ver que la situación se estaba poniendo tensa.

- Háganle caso al narizón. -
Nerissa dijo burlándose de Connor. Ruby al escuchar esto se molestó tanto. Sus ojos se iluminaron, parecía que intentaba utilizar sus visón láser. Connor la detuvo.

- Espero que no te encuentres con alguien peor que tú, Nerissa. - 
Después de decir esas palabras. Todos decidieron que lo mejor era marcharse.

No sé percataron que a lo lejos alguien parecía observarlos detenidamente.

Del otro lado de la ciudad, Agatha realizaba sus trabajos como era habitual. Vendiendo distintas casas de manera exitosa. 
Mientras manejaba para llegar a su próxima venda. Escucho como uno de sus neumáticos se poncho. 
Freno rápidamente para saber que es lo que habia ocasionado eso. 
Al bajar se percató que en su neumático estaba incrustado un extraño objeto pequeño parecido a un arpón. 
Intento tomarlo que al hacerlo se cortó levemente con el. No sé podía ver a simplemente vista pero probablemente tenía espinas microscópicas.
Sus heridas supercifiales sanaron en segundos.
Aquel objeto comenzó a enterarse más en el neumático. 

- ¿Que rayos es esa cosa? -
Se pregunto a si misma para empezar a mirar a los lejos sin lograr ver a nadie a la lejanía. 
Para su suerte tenía un neumático de repuesto para poder cambiarlo. 
Mientras lo hacía sentía que alguien la miraba, pero no podía visualizar a nadie.

En ese mismo momento el grupo de amigos comenzaron su paseo en la ciudad. Llendo a distintos lugares, como el cine, recorrer el centro comercial y caminar en la playa.
Mientras caminaban por la playa. Escucharon la voz de una joven.

- ¡Señorita, Ruby! -
Lograron visualizar a lo lejos 2 figuras que parecen ser la de unos Krakenes. Una de esas figuras era más pequeña, parecida a la de Sam pero un poco más pequeña.

Los chicos se detuvieron para esperarlos.
Ambos llegaron exhaustos hasta donde se encontraba Ruby con sus amigos.
Logro reconocer a los 2 al instante. Eran los hermanos 

- Eres la chica que estaba en el autobús del capitán Gordon. -
Pensó asombrada por la situación.

- Sí, soy yo. Mi nombre es Ámbar... Ámbar Crusoe. -
Contesto la chica feliz y bastante cansada. Respiraba exhausta por haber corrido con todas sus fuerzas.

- Dígame ¿Que necesitan ambos? 
Pregunto amablemente, Ruby a la chica amarilla.

- Queriamos pedirle su autógrafo. Uno para mí y otro para mi hermanito. Iba a hacerlo en la mañana pero nos dió un poco de vergüenza y no quisimos molestarla.
Dijo esto mientras sacaba una pequeña libreta de bolsillo color azul.

Ruby simplemente se limito a sonreír alegremente. Tomo la libreta que tenía Ámbar para darle su autógrafo.

- Mi nombre es Ámbar Crusoe, y el de mi hermanito es Beryl.
Ámbar agradeció por los autógrafos. Ruby les agradeció a ellos por su presencia. Acaricio los brazos de la cabeza del pequeño suavemente. 
Los hermanos Crusoe se retiraron felizmente. Ruby también se encontraba feliz por la situación. 
Está situación puso feliz a todos. Por lo que el paseo se volvió más agradable.

Después de algunos minutos caminando por la playa, pensaron que ya era momento de Retirarse a sus respectivas casas. 
Ruby y Connor decidieron seguir deambulando con su paseo, pero está vez más como pareja.
Caminaron tranquilamente mientras se tomaban de la mano, se detenían para observar el oleaje del mar. Comprar algunos bocadillos mientras descansaban en la arena.
Nada les gustaba más que pasar un momento a solas entre ellos.
Les gustaba tanto estar juntos que simplemente el tiempo pasa sin que se den cuenta.
Cuando se percataron ya era casi de noche.

- Creo que es mejor que te deje en tu casa. -
Connor le dijo a Ruby mientras ella estaba abrazada de su brazo.

- Si. Ya es tarde -
Ella le contesto sonriendo.

Después de caminar algunos minutos llegaron a la casa de Ruby. Ambos se despiertan con un beso en la boca. 
Al entrar a su casa pudo ver a sus padres hablando en el sillón.
Ruby los saludo y ellos respondieron el saludo rápidamente.
Sus rostros se mostraban diferentes a lo habitual un poco preocupados.

- ¿Sucede algo? 
Pregunto a sus padres, desconcertada al verlos asi. 


- Nada grave, hija. Espero. -
Arthur le respondió a su hija.
Su mirada era de preocupacion.

- ¿Por qué dijiste "Espero" papá. ?

- Hija, algunos de los empleados de su papá no se presentaron a trabajar. 2 de ellos, y ambos eran Krakens. -

- Es bastante extraño que solo ellos 2 en específico no se presentaron ni contesten sus teléfonos. - 

Los 3 pensaban en la situación tan extraña. El momento fue interrumpido cuando la puerta se abrió. Sam y el Tío Brill habían llegado.

- ¿Y estas horas de llegar jovencito?
Agatha pregunto a su hijo con la clásica mirada que hace una madre cuando se disgusta con su hijo.

- Los siento mamá, se nos hizo tarde porque quería ver los restos del Titanic. -
Sam le dijo a su madre alegremente mientras buscaba algo en sus bolsillos.

- Hermanita. ¿Crees que me puedas prestar a Ruby unas horas? Es algo relacionado con Gran Mamá.
Brill le pregunto nervioso a Agatha.

Ruby al escuchar cambio su mirada a una de preocupación.
- ¿Que paso? -

- Gran Mamá te lo dirá cuando llegues al reino.
Brill le contesto.

- Mamá. El deber me llama -
Dijo a su madre con firmeza en sus palabras y rostro.

- Está bien hija pero con cuidado. -
Agatha sabía perfectamente que era el deber de su hija. Se sentía orgullosa y sabía que sea lo que sea ella podría enfrentarlo.

Terminando de decir esas palabras. Ruby acompaño a su tío hasta la costa del muelle donde ambos saltaron.
El cuerpo de Ruby se ilumino de su clásico color rosa púrpura. Aumentando de tamaño y emprendiendo el viaje en dirección al reino.
Para no demorar subió a su tío en su cabeza para llegar los 2 al mismo tiempo.


Agatha suspiro. Se enorgullecio de que su hija tuviera más valor para tomar esa responsabilidades de lo que ella tuvo en el pasado. Sus pensamientos fueron interrumpidos por su hijos menor.

- Mira, mamá. Esto es lo que encontré. -
Agatha bajo la mirada para observar lo que su hijo le estaba mostrando. En su mano tenía un objeto parecido a una llave. 

- ¿Que es esto? -
Tomo el objeto para analizarlo. Efectivamente se trataba de una llave, pero era bastante extraña. Demasiado grande y pesada para ser una. Casi midiendo alrededor de 10 centímetros. Totalmente gris.

- Es genial ¿Me la puedo quedar? -
Pregunto a su madre la cual seguía dudando sobre aquel extraño objeto.

- No lo sé, Sam. -
Agatha estaba desconcertada por la situación. Pero Arthur toco su hombro.

- No creo que sea mala idea que se la quede. Es solo una llave. -
Dijo a su esposa para tranquilizarla. Aunque aún dudaba decido regresarla. 
Le ordenó a su hijo que tuviera cuidado con aquel extraño objeto. 
Sam acentuó con la cabeza para después subir las escaleras hacia su habitación.

- Hoy ha sido un día raro. -
Agatha le dijo a su esposo pensando en las cosas extrañas que estaban sucediendo.

En lo profundo del océano pacífico. Ruby nadaba a toda velocidad mientras le preguntaba a su tío sobre la emergencia.

- Tío Brill ¿Que está atacando el reino está vez? -
La confusión en su voz se notaba. Pero Brill se limitó a contestar.

- Lo sabrás cuando lleguemos -

Esas palabras no la tranquilizaron del todo. Pero prefiero esperar hasta llegar.

Después de algunos minutos llegaron al reino. Todo se encontraba en tranquilidad. Desconcertada decido preguntar nuevamente a su tío, pero se abstuvo de hacerlo al saber lo que el le responderia. Ambos entraron por la puerta hasta el castillo de su abuela.
Ruby se encontró con Gran mamá la cual tenía algo muy importante que decirle a su nieta.
Sentada en su trono con su clásico tridente en la mano derecha se encontraba su abuela.

- Gran Mamá, no veo nada tratando de atacar el Reino ¿Que pasa?
Pregunto confundida al notar la paz y tranquilidad del lugar.

- Brill ¿Podría salir un momento? -
Gran mamá le pido a su hijo ese favor, el asentio la cabeza para proceder a salir del castillo. -

Ruby seguia extremadamente confundida por lo que estaba pasando. Pero no pudo seguir pensando más porque su abuela hablo.

- Ruby. Ahora mismo tenemos que ir a aguas más alejadas. Zonas que probablemente no conozcas. -
Gran Mamá expreso a su nieta con preocupación en sus palabras.

- Gran Mamá, no quiero presumir. Pero he recorrido el océano varias veces. No creo que haya un lugar que no conozca.
Dijo con una expresión y tono de voz algo pedante. Mientras ponía su clásica sonrisa sabelotoda. 

Gran Mamá solo la miro con una expresión inexpresiva mientras levantaba una ceja lentamente. Ruby al notar esto comenzó a reírse de vergüenza, y al no saber que más decir 

El silencio incómodo se detuvo cuando Gran Mamá pronunció unas palabras: 

- Solo sígueme, Ruby -

Está se levantó de su asiento para comenzar a nadar. Confundida Ruby siguió a su abuela hasta la salida del Reino. En las afueras del Reino, comenzaron a nadar lo más rápido que podían para llegar a su destino.

En el transcurso del camino, ambas continuaban nadando a máxima velocidad sin decir una sola palabra.
Esto era demasiado extraño para Ruby. 
Se percató que la mirada de Gran Mamá era demasiado áspera, incluso para ella. Si bien era normal que mantuviera su papel de Reina con una expresión seria. Normalmente se la pasaba hablando de cosas como su reinado o lo magnífico que era la especie de los krakens.

Intento preguntarle de que se trataba la misión, o al menos saber si se encontraba bien pero prefiero guardar silencio hasta el momento en que llegarán a su destino o ella decidiera hablar. Lo que pasara primero.

(Escena de Nerissa) 

En la superficie.
Nerissa se encontraba dentro de su enorme estanque dando vueltas repetidas veces, se detenía para descansar. Revisaba sus uñas, peinada su cabello y demás actividades.
Aunque disfrutaba la atención del lugar, la comida fresca y en general los lujos que tenía en esa prisión. Seguía pensando una forma de poder escapar y continuar con su plan de destruir a los Gillmans y todos sus aliados. Las intenciones de reinar el océano por completo seguía en su mente.

- Si logro salir de aquí. ¿Que haré? El tridente ya no existe. No hay una forma en la que pueda rivalizar con ellos. ¡Maldición! -

Pensó mientras miraba sus uñas para apreciarlas.
De un momento a otro logro sentir como algo la miraba a lo lejos. Aquella sensación no era nueva, varios días atrás la comenzó a sentir. 

- ¿Gordon? Eres tú, viejo pescador. -

Se acercó nadando al cristal de su estanque mientras miraba. Observo a todos lados pero no puedo ver nada. 
Después de varios minutos contemplando el muelle oscuros y vacío decidió alejarse de este.
Al voltear su cabeza para irse a dormir. Logro mirar de reojo algo moverse. 
Volteo rápido en aquella dirección y pudo observar una figura algo conocida. 
Lo que más pudo mirar fue su cabeza. 
Era similar a la de un Kraken, pero menos redondeada. Pero se trataba de un Kraken, aunque usaba un sombrero sus brazos en la cabeza eran inconfundibles.

- ¡Oye, estúpido camarón de agua dulce! Si te mando Ruby o alguno de sus estúpidos amigos para asustarme. Dile que su tonto plan falló ¡Cangrejo! -

Grito pegando su rostro en el cristal bastante enojada. 


(Fin de la escena de Nerissa)

Varios minutos desde que salieron del Reino han pasado. 
Las aguas del océano comenzaron a volverse más turbulentas y frías mientras avanzaban. Era más que obvio que se encontraban bastante lejos del Reino, posiblemente llegando hasta las aguas heladas cercanas al polo norte.
También la profundidad de este lugar era relativamente menor a la que había en el océano pacífico.
A pesar que todo estaba oscuro, gracias a que sus ojos están adaptados a la oscuridad. Ruby se percató que había una gran variedad de peces que eran comunes en zonas frías, también noto que el lugar tenía algunos iceberg bastante enormes.


Observaba el lugar con detenimiento. Era cierto lo que Gran Mamá le dijo minutos atrás. Ella no conocía todo el océano como pensaba.

- ¿Qué clase de amenaza debo enfrentar ahora? -
En su mente hizo está pregunta observando a su alrededor.

Al adentrarse más en estas aguas heladas, comenzo a temblar por el frío.
En el pasado nado en aguas heladas, pero estas eran más frías de lo que había experimento algunas vez en su vida.
Frotó sus manos alrededor de sus hombros para tratar de tener un poco de calor. 
Este viaje resultaba demasiado aburrido e incómodo.
Su abuela seguía sin decir una sola palabra, se limitaba a nadar únicamente y ella a seguirla. 
No sabía que iba hacer, además de las duras condiciones del agua del lugar que estaban haciendo el viaje más desagradable de lo que ya era.

- ¡Ay! -
Suspiro mientras seguía nadando al lado de su abuela. Limitándose a observar el camino.

Después de varios minutos nadando sin un rumbo en específico. Al menos para Ruby.
Gran Mamá dejo de nadar. Ruby al notar esto también frenaría. En el momento que intento articular una palabra para preguntar a su abuela. Gran Mamá hablo.

- Ahí está, Ruby. -
Dijo apuntando con su tridente a lo lejos, debajo del acantilado marino en el que estaban. Lo que sea que estaba apuntando su abuela se encontraba demasiado lejos. Era casi como tratar de observar a una hormiga desde un edificio de gran altura. Además lo que sea que estaba señalando se movía como si estuviera persiguiendo algo.
Entre cerro sus ojos para poder ver con más detenimiento. Para su fortuna a pesar de la oscuridad abisal que cubría las aguas de ese lugar y lo relativamente turbulentas que estaban. Eran demasiado claras, facilitando un poco más para que pudiera observar lo que sea que su abuela estuviera apuntando.

Mirando con detenimiento a una criatura completamente blanca. Parece ser una especie de sirena. No obstante, no podía tratarse de una. A la lejanía que se encontraban ambos sería casi imposible notar.
Usando sus habilidades de mateatleta, realizó un cálculo básico. Primero calculo la distancia entre ambos. Aproximadamente unos 800 metros.
Basándose en eso y en lo poco que podia ver de la criatura ya que no dejaba de moverse frenéticamente, calculo que se tamaño oscilaba entre los 100 y 120 metros.
Un cálculo que la dejo pasmada. Es la primera vez que veía una criatura de tales dimensiones. Normalmente los eneyque enfrentaban no superan los 100 metros como ella. 

El rostro de Ruby era de sorpresa. Sus ojos se volvieron grandes y redondos como unos platos enormes, a su vez su mirada expresaba varios sentimientos y ninguno a la vez. Se encontraba completamente atónita.

- ¿Que es esa criatura? Nunca la había visto. -
Dijo con una voz de desconcierto a su abuela. Mientras volteaba a verla lentamente.

Gran mamá suspiro, antes de hablar.

- Eso es Ningen. Pero no uno normal. Observas ese gran tamaño y cuerpo tan fuerte. Los Ningens normales no tienen esas características. -

- ¿A qué te refieres? -
Ruby volvió hablar mientras seguía mirando con desconcierto como aquella criatura se comía a ese pulpo gigante.

- Los Ningens normales no miden más de 70 metros, según cálculos este supera los 115 metros. -

La mente de Ruby que aún seguia tratando de procesar lo que sus ojos estaban observando. Recibieron otra noticia difícil de asimilar.

- Ahora entiendes porque hay que eliminarlo-

- ¿Qué? 



Ruby se acercó al Ningen cuidadosamente para atacarlo, de manera lenta nadaba a su dirección. Este seguia masticando los restos de aquel pulpo entre sus enormes dientes. Parecía que no se daba cuenta hasta que volteó la mirada a la joven Kraken. Ambos se miraron fijamente. Ruby hasta cierto punto se sentía incómoda por el rostro de aquella criatura, ya había peleado con diferentes criaturas en el pasado. 
Sin embargo el rostro inexpresivo combinando con aquellos ojos completamente negros que parecían mirarte el alma.
El momento era extremadamente incómodo. Ambos mirándose fijamente mientras la oscuridad y el silencio de las aguas frías del mar de bering los cubrían.

- H... Hola - 
Expreso con una sonrisa temblorosa, sacudiendo su mano de lado a lado para saludarlo.

El Ningen, simplemente la observo. Sus ojos negros parecían fijos a su rostro, aún así se dió cuenta del tridente que tenía en la mano la Kraken. 
Al notar esto, dió un poderoso rugido que estremeció por completo el lugar. El sonido era tan ensordecedor que las matriarcas Krakens taparon sus orejas para evitar quedarse sordas. 
Toda la fauna marina que se encontraba a kilómetros logro escuchar a que rugido estremecedor: ballenas grises que se dirigían al ártico para su ruta migratoria; la enorme cantidad de peces de aquellas aguas como el salmón, el arenque, el bacalao, el lenguado, el halibut y el abadejo se asustaron comenzando a nadar lo más lejos posible del lugar.
Incluso a aves que volaban las frías aguas como el ganso de collar y la gaviota ploma desviaron su vuelo lejos de la zona.

A pesar de taparse los oídos, Ruby quedó un poco aturdida por el sonido. Mareada y desconcertada su cabeza daba vueltas sin detenerse. El sonido había cesado, pero los efectos de este no. No podía fijar su mirada en ningún lugar en especifico. No escuchaba nada, hasta que la voz de su abuela se fue haciendo cada vez más clara.

- ¡RUBY! Esquivalo -
Exclamó fuertemente Gran Mamá hacia Ruby. Quien apenas se estaba componiendo de su mareo, pero no le dió tiempo de hacer nada. En su rostro sintió un golpe como nunca lo había sentido. Ese impacto fue tan poderoso que recorrió hasta el último centímetro de su cuerpo. Su cuerpo comenzó a girar violentamente sobre si mismo por el fuerte impacto, cayendo el suelo oceanico levantando una enorme nube de polvo que comenzo a cubrir el agua. 

El cuerpo de la joven Kraken se encontraba demasiado adolorido. La pelea aún no había comenzado pero parecía que había terminado desde ese golpe.
Se toco la cara con su mano para tratar de aliviar el dolor.

- ¡Auh! -
Dijo en voz baja intentando ponerse de pie. De la enorme nube de polvo que cubría el lugar emergió el rostro del Ningen. Abalanzarse sobre ella con las mandíbulas abiertas, mostrando esa boca llena de enormes y filosos colmillos, listos para arrancar su piel. 
Coloco su brazo endurecido por su armadura corporal para cubrir su cara del ataque.
Escasos centímetros para que aquellos dientes tocaran el brazo endurecido de Ruby, el Ningen se freno bruscamente. Ruby quedó confundida ante tal acción.

- ¿Qué? - 
Se pregunto a si misma con una expresión de extrañes.

El Ningen seguía intentando morderla. Abriendo y cerrando sus mandíbulas violentamente mientras forcejeaba con lo que lo estaba frenando. 
Al notar que el polvo de la zona comenzó a disiparse, se percató que Gran Mamá habia tomado al Ningen de la cola para detenerlo de atacar a su nieta.
El Ningen se percató de esto. Pero antes de que pudiera girar su cuerpo para hacer algo. Gran Mamá comenzó a girar su cuerpo sobre si mismo. Cada vez lo hacia girar más rápido creando un torbellino con el agua a su alrededor por el movimiento tan rápido. 
Cuando alcanzó el punto máximo de velocidad, soltó la cola de Ningen. Este salió disparado a gran velocidad y fuerza, alejándose demasiado del lugar hasta que se perdió su figura en la oscuridad del océano, únicamente lograron escuchar el estruendo del impacto de su cuerpo contra el fondo marino, posteriormente sintieron como el suelo de la zona vibro levemente.

- Ruby. Debes tener más preocupación. -

- Si, lo siento. Gran Mamá. -

Nuevamente la criatura rugió de manera estremecedora. Con el movimiento del agua se percataron que estaba nadando a otra velocidad en dirección a ellas. 
Podían ver como su figura se hacía cada vez más visible. Con aquel color blanco parido parecía una enorme bala acercándose rápidamente hacia ellas.


- Ruby. Lo voy a derribar y tú le clavas el tridente en el cráneo. -
Gran mamá le dijo a su nieta extendiendo los brazos para frenar la estampida de la criatura a pocos metros de su cara. Ruby estaba un poco indecisa, no quería matar al Ningen. Pero antes de que pudiera reaccionar a cualquier cosa. 
Un fuerte dolor que vino desde su nuca se esparció por toda su cabeza, golpeando con la cara el suelo oceánico violentamente levantando un poco de polvo, quedando inconsciente en el proceso.
Gran mamá volteo y se percató de algo inusual, se trataba del Ningen que estaban cazando, había golpeado a Ruby con su poderosa cola dejándola inconsciente en el piso.

- ¿¡SON DOS!? -
En su mente se pregunto esto. De reojo vio como el otro Ningen estaba cerca de ella, por lo que no podía ayudar a su nieta. Estando a punto de frenarlo, este otro Ningen comenzó a volverse mas traslúcido, atravesando su cuerpo para desaparecer en el proceso. Cómo si de un holograma se tratara.

- ¿¡Qué cangrejos!? -

Exclamo confundida. Pero no hubo tiempo para reaccionar. El verdadero Ningen a pocos metros se abalanzó contra ella, embistiendo a la Reina, quien por muy poco logro reaccionar para contener el ataque sosteniendo los enormes brazos del Ningen. Tratando de hacerlo retroceder o arrojarlo, pero la fuerza que estaba ejerciendo contra ella era enorme. Estaba comenzando a perder el equilibrio, el hocico del Ningen estaba apunto de morder su cara. 
Por su parte, Ruby comenzó a recuperar el conocimiento. Se toco la cabeza con la mano izquierda mientras se quejaba en voz baja por el dolor que estaba sintiendo.  
Levanto la mirada y pudo observar como su abuela estaba forcejeando con el Ningen, se percato como ella estaba perdiendo. 
A pesar del dolor que sentía, se puso de pie. Reflexionó sus 3 tentáculos para impulsarse con todas sus fuerzas en dirección a su adversario.

- ¡Oye deja a mi abuela! - 
Grito mientras se abalanzaba contra el Ningen. Este volteo en su dirección recibiendo un fuerte puñetazo en el rostro que lo arrojo. 
Sacudió su cabeza, y volvió a rugir, pero antes que pudiera terminar de hacerlo. Recibió otro poderoso golpe en el lado izquierdo de su cara, otro en el lado derecho, y así sucesivamente. 
Golpe tras golpe recibía en su cara por parte de la Kraken, cada impacto era más fuerte que el anterior. El agua tranquila y fría de la zona se estaba comenzando a volver más caliente y turbulenta producto de los golpes que Ruby le estaba proporcionando al Ningen.
Parecía que la ventaja se inclinaba a su favor, seguía aumentando la fuerza y velocidad de sus ataques. Sus nudillos están hinchados de tanto golpear, pero no sé detenía.
Hasta que sus golpes fueron detenidos cuando el Ningen sujeto sus muñecas, dándole un fuerte cabezazo que la hizo retroceder del dolor, cubriendo su cara con ambas manos para tratar de aliviar el dolor mientras se queja en silencio. 
Nuevamente su adversario intenta morder su rostro, aunque Ruby endurece su brazo derecho colocándolo como escudo. Los dientes filosos del Ningen se incrustan en la armadura corporal.

- ¡Auch! -
Exclamó Ruby porque logro sentir las puntas de los dientes rozando su piel cubierta por la armadura.
Su expresión de dolor cambio a una de terror al notar eso. Su armadura había Sido atravesada, algo que nunca había pasado.
Las mandíbulas del Ningen seguían cerrándose, con cada segundo que pasaba su fuerza aumentaba y podía sentir como los dientes rompían más su armadura y llegaban a penetrar más la piel de su brazo.

- ¡Ahhhhh! -
Grito mientras golpeaba la garganta del. Ningen sesara de morderla. Para su mala suerte todo lo que lograba al hacer esto, era que creciera su furia más y a su vez su mordida aumentará de fuerza más rápido de lo normal.
Ruby no parará de golpear la garganta de su adversario. Su desesperación era tan grande que intento enrededar sus 3 piernas por todo el torso de este. El Ningen logro percatarse de este moviendo logrando frenar 2 de las piernas con su manos. 
Aun con este Ruby no desistió, con la pierna que le quedaba comenzó a darle rodillas en el estómago repetidas veces.
Cada rodillaso era más fuerte que el anterior, al mismo tiempo que golpeaba la garganta del Ningen con el puño. 
A pesar de la enorme fuerza que está aplicaba en sus golpes y forcejeos para liberarse. 
No parecía inmutar al Ningen.
La desesperación de Ruby y el dolor que sentían era tan grande que comenzó a gritar más fuerte.
Gran mamá al darse cuenta de esta situación tomo su tridente comenzado a nadar hacia el Ningen con la intención de atraviesar su cráneo con este.
Los ojos negros y vacíos de la criatura humanoide voltearon en dirección a la Kraken mayor. Sabía cuál eran sus intenciones. Por lo que hizo un movimiento para acabar con ambas de una vez.
Soltó las piernas de la Kraken para colocarlas en el brazo que está mordiendo.
Comenzó a impulsarse con su cola para dar una vuelta de 360 grados de manera violenta. Su cola golpea a la Kraken verde en su rostro haciéndola retroceder. El giro fue tan violento, que no solo dió vueltas el mismo. Todo el brazo de Ruby también lo realizó.
Ambas escucharon un sonido bastante desagradable. Como si una enorme liga comenzará a desgarrarse hasta romperse por completo. 

- ¡AAAAAAAHHHHH! -

Un grito tan potente salió de lo más profundo de la Kraken Adolescente. Era un grito desgarrador; lleno de dolor y desesperacion. El grito se prolongó durante varios segundos, mientras observaba su brazo derecho, ahora no sé encontraba ahí.
Había sido arrancado por completo. Su expresión era de terror absoluto, al observar sus músculos y ligamentos desgarrados flotando lejos de su hombro.
Estupefada se percató que donde debería estar su brazo, ahora no habia nada. Solo una enorme herida. Si mirada que estaba centrada en esa parte desgarrada de su cuerpo, la dirigió hacia la posición del Ningen.
Su mirada de terror cambio a una de Angustia y pánico. Contempló con su brazo yace en las mandíbulas de esa criatura.
La sangre de dolor azul espesa comenzó a flotar, cubriendo el agua a su alrededor. 
Debido a la mezcla de dolor, miedo, angustia y más emociones y sentimientos que estaba experimentando, perdio el conocimiento. Ruby volvió a perder el conocimiento desplomarse en el suelo marino.

Gran mamá que apenas había recuperado el conocimiento debido al fuerte coletazo que recibió en la cara. Miro esa escena tan impactante. Su rostro comenzó a notarse bastante enojado. Frunció el seño mientras mostraba los dientes con ira. 
Sin pensarlo 2 veces se impulso con sus piernas a toda velocidad en dirección al Ningen. Este no se había percatado de este moviendo, hasta que escucho el estruendo del agua debido a la velocidad a la que iba aquella Kraken de color verde. Escupió el brazo dejandolo tirado a lo lejos, para recibir el ataque. 
Gran mamá captó ese extraño movimento rápidamente. Por lo que se detuvo bruscamente. Y lanzo un fuerte golpe a su lado izquierdo dónde parecía no haber nada. 
El golpe fue tan fuerte que provocó una enorme ola al impactar contra la mandíbula del Ningen. Varios de aquellos afilados colmillos fueron fracturados, incluso algunos de estos arrancados de la enciam fruto del golpe tan mounstroso que recibio. 
La imagen residual que había dejado como señuelo comenzó a desaparecer mientras su cuerpo impacto contra el suelo.
Su truco anterior no funcionó en esta ocasión. 
Aun con el dolor este se volvió a levantar lleno de ira. Comenzando a dar varios manotazos contra la Kraken. Gran Mamá lograba esquivar todos los ataques con bastante dificultad mientras intentaba devolverselos fallando.
A pesar de su edad, Gran Mamá tenía una excelente condición que le permitió dar y esquivar golpes de manera efectiva. 
Eso hasta que el Ningen dió una vuelta para dar un coletazo en el rostro de ella. La sostuvo con ambas manos para evitar el ataque pero eso era justo lo que quería el Ningen. 
Al momento que Gran Mamá dejo de golpear para sostener la cola del Ningen e intentar lanzarlo. Volvió a dar una vuelta de 360 grados para intentar que perdiera el desequilibrio. Ambos dieron vueltas sobre si. Los brazos de Gran Mamá debido a su flexibilidad se enredaron sobre si mismo en forma de preezer. 
Intento liberar ese nudo pero le resultaba difícil. 
El Ningen aprovecho esto para darle un fuerte manotazo en toda la cara, y lanzarse sobre ella. Mordiendo su hombro izquierdo, apenas logrando endurecerlo con su armadura corporal. El Ningen coloco sus manos en el antebrazo y la cabeza de Gran mamá para hacer fuerza mientras tiraba hacia atrás.
Sabía que no tenía mucho tiempo para deshacer el nudo, o si no terminaría con el brazo arrancado como su nieta. 
El agua del lugar comenzaba a moverse frenéticamente.
A unos metros, Ruby estaba comenzando a recuperar el conocimiento por el movimiento brusco de las aguas.
Uso sus 2 manos para levantarse con dificultad del suelo. Al levantar la mirada miro su brazo arrancado tirado a lo lejos. Se percató que su abuela está siendo atacada por el Ningen. 
Tenía pensado hacer lo mismo que hizo con ella. No podía permitirlo. Una enorme roca fragmentada producto de la pelea está cerca. Lo tomo con ambas manos y comenzó a nadar en dirección al Ningen.
Gran mamá seguía forcejeando sin exito. Los dientes restantes del Ningen estaban apunto de romper su protección.
En ese precioso momento sintió un dolor en la nuca. Fragmentos de una roca salieron disparados a todos lados. El dolor fue tan grande que abrió la mandíbula soltando el hombro de Gran Mamá.
Ruby aprovecho para tomar la mandíbula con ambas manos. Con la derecha el maxilar superior y con la izquierda el inferior. 
Comenzó a ejercer una fuerza enorme para evitar que cerrarla su mandíbula o escapara.
Gran Mamá con mas calma se libero de su amarre. Tomo el tridente.
Ruby se percató de esto.

- Abuela ¡No! -

Antes de que pudiera evitarlo. Las cuchillas de aquella arma atravesó el cerebro del Ningen desde su paladar expuesto.
Dejo de moverse, su vida llegó a su fin.

- Hemos terminado, Ruby -
Gran mamá dijo esto cansada después de aquella dificil batalla. 
Miraba cansada el cadáver de su oponente, al voltear su cabeza observo a su nieta con una mirada triste.

- ¿Qué pasa, Ruby? -
Pregunto a su nieta.

- Gran mamá era realmente necesario matarlo. Ya se que era un peligro. Aun así... -
Expreso esto bastante triste mientras se frotaba el brazo derecho.
Su abuela coloco su mano en su hombro, asentando con la cabeza.

- Al menos podemos enterrarlo. -
Ruby le pregunto a su abuela.

- Sería difícil hacerlo aquí en las profundidades. - 
Contesto Gran Mamá.

Ruby miro a todos lados observando los escombros. Nado en dirección a ellos para proceder a tomar una de las pesadas piedras. Colocándolas en alrededor del cuerpo del Ningen. Gran Mamá al observar esto decidió ayudarla. 
Piedra tras piedra fue colocada hasta vivir el cadaver de la criatura blanca.
Una vez terminado nadaron de regreso a casa.
Durante todo el camino la mente de Ruby era un océano de pensamientos. Está fue la primera vez que "mataba" aún oponente. No fue ella directamente quien lo hizo, pero pudo haberlo evitado.
El silencio fue interrumpido cuando Gran mamá hablo.

- ¿Cómo está tu brazo? -
Pregunto, Gran Mamá.

- Bien, Gran M.... ¡Espera! -
Contesto con voz calmada frotándose el brazo derecho. Cuando hizo está acción sus ojos se abrieron de sorpresa y se detuvo de nadar bruscamente.
Miro su brazo derecho. El color púrpura de este era más suave, parecido a un color de tonalidad pastel.

- ¿P... pero?, ¿No me habían arrancado el brazo? -
Pregunto confundida mientras lo seguía observando fijamente. Apretando y moviéndose sus dedos suavemente. 

- Sí. Lo hiciste, pero se regenero mientras estabas inconsciente. -
Gran Mamá contesto a su nieta.

Todo el conjunto de emociones que estaba sintiendo en ese momento no le hicieron darse cuenta que su brazo se regenero nuevamente.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Anomalocaris

3 años antes de la aparición de Nerissa en Oceanside

En las profundidas del océano Atlántico se desataba una pequeña guerra entre 2 bandos de sirenas por la supervivencia.
El bando conformado por Marit Okin era más numeroso de el de su adversaria. Poseía un total de 14 sirenas en sus filas, a diferencia que las 8 que tenía su enemiga. Pero había un problema para Marit, de esas 14 sirenas solo 5 estaban luchando, a diferencia de todo el equipo contrario (incluso había 2 sirenas de no más de 12 años de edad)
El resto del equipo eran demasiado débiles o inexpertas en el combate, esas 5 que estaban combatiendo para protejer su hogar y los recursos que tenían se trataban de: Darya, Elissa, Emma, Raissa y la propia Marit.
Raissa era la más débil, pero fundamental en las batallas por las estrategias que podía crear.
La Batalla había sido comenzada por el bando contrario debido a que estas se dieron cuenta que tenían más recursos y un buen refugio; un enorme barco de la segunda guerra mundial hundido. La zona donde el barco hundió se encontraba, estaba lleno de metales puntiagudos por toda la zona y trampas que seguramente también se hundieron con el barco.
Marit dio la oportunidad de negociar o llegar a un acuerdo con aquel grupo. Acción que negaron comenzando el combate tratando de aniquilar a sus enemigos.
La batalla era bastante feroz, la sirenas más pequeñas del bando contrario se encontraban a los lejos disparando con pequeños arpones improvisados al campamento.

- Marit, hay que acabar con las enanas. Son un gran problema -
Raissa le dijo esto a Marit mientras se encontraban escondidas detrás de unas rocas. Marit lo pensó, deapues de todo se trataban de pequeñas sirenas.
Raissa sabía a la perfección que Marit no quería esto, pero ahora no se trataba de lo que querían.

- Si no lo hacemos nos matarán -

Marit pensó esto, mientras lo hacía una de las sirenas del bando contrario estaba apunto de entrar a la cueva donde vivían.
Marit se apresuró para atacarla pero uno de los arpones le impactó en el brazo derecho provocando que se detuviera del dolor. Grito del dolor que este le estaba provocando.
Para suerte de ella, pero mala para aquella sirena. Darya interceptó aquella sirena rápidamente impactandola rápidamente contra una roca violentamente.
La azotó contra el piso fuertemente a tal grado que la studio. Darya saco un enorme y extraño cuchillo para de ese modo comenzar a desgarrar el estomago de la sirena enemiga. Esta grito de un dolor agonizante al sentir su piel desgarrarse y romperse lentamente. Los órganos vitales como tripas, riñones, hígado entre otros comenzaron a salir de su cuerpo, asimismo un montón de sangre de dolor azul tiñó el agua que las rodeaba. Una de las pequeñas sirenas horrorizada observo esto. Apunto su arpón en dirección a la cabeza de Darya disparando. Esta se percató de esto e interceptó el disparo. Arrojo el arpón con tal velocidad a una de las sirenas enemigas directo asu hombro, con tal fuerza que su arrojada hasta una roca clavandose en ella. Quedando inconsciente en el proceso.
Logro observar a lo mejor a la sirena que intento matarla. Tomo su cuchillo con firmeza para arrojarlo violentamente a la pequeña sirena haciendo al igual que la otra sirena saliera disparada hacia atrás.
Las otras sirenas al observar esto simplemente huyeron dejando a sus compañeras moribundas en la zona.
La líder exclamo fuertemente antes de nadar velozmente lejos de la zona.

- ¡Volveremos! -

- Cobardes -
Darya dijo esto cubierta de sangre de su oponente.

- ¡Rayos me duele! -
Marit exclamó bastante adolorida por el arpón que tenía clavado en su brazo derecho.

- No te muevas, lo sacaremos adentro del barco de acuerdo. -
Raissa dijo esto mientras miraba el objeto que atravesaba el brazo de su amiga.

Mientras eso pasaba, Emma e Iris se acercaban nadando a la zona. Emma se percató que un enorme Anomalocaris se estaba acercando a Darya.

- ¡Darya cuidado! -
Exclamo a su compañera, quien volteo a darse cuenta del peligro.

El Anomalocaris de al menos 2 metros de largo se acercó a los restos de aquella sirena para intentar comerlos. Darya le dio asco esto por lo que le dio un fuerte coletazo que lo mando lejos de donde estaba. Tomo el cuerpo destripado de aquella sirena para gritarle al artrópodo.

- ¿Quieres esto? ¡Pues toma! -
Arrojo aquel cadáver cerca de el. Este comenzó a comer los restos rápidamente. De un momento a otro aprecio otro Anomalocaris, y otro más y así sucesivamente. Ahora eran cientos los que habían por la zona.
Marit se dio cuenta de esto, por lo que se arrancó el arpón de un tirón, le dio un fuerte dolor pero se lo aguantó.
Nado hacia el barco donde le gritó a las demás.

- ¡Chicas hay que irnos ya no es seguro! ¡Tomen lo que puedan y vámonos! -

Todas las sirenas comenzaron a salir con lo que pudieron tomar. Elissa se dirigió a su prima para preguntarle sobre la situación.

- Hay muchos Anomalocaris, seguramente la sangre los atrajo. ¡Asquerosos carroñeros! -
Exclamo Darya asqueada de esas criaturas.

Elissa aterrada por aquellas criaturas de aspecto monstruoso comenzó a nadar en dirección a las demás. La sirena que estaba clavada debido al ruido por fin despertó solo para contemplar con horror a un gran número de Anomalocaris en la zona. La Sirena comenzó a gritarles por ayuda a las sirenas que momentos atrás intentó matar, debido a que llamó la atención de varios Anomalocaris que iban a su dirección.

- ¡Oigan! ¡No me dejes! ¡Auxilio!-

Los gritos de aquella sirena hicieron que Elissa se detuviera poniendo su vista en ella. Observando como estaba siendo rodeaba mientras no podía liberarse para huir.
Intento ayudarla pero su prima la detuvo alejandola del lugar para que no viera la grotesca escena.
Todas comenzaron a escuchar los gritos de dolor que aquella sirena que estaba siendo devorada viva.
Los Anomalocaris con sus bocas circulares llena de filosos dientes en forma de dagas comenzaron a desgarrar la carne de la sirena de manera horrible.
Uno de estos se acerco a la cara desprediendo todo su rostro, dejando expuesto los músculos de la cara y parte del cráneo.
Algunos arrancaron las extremidades.
Los gritos de ayuda rápidamente se transformaron en gritos de horror y agonía.
Los Anomalocaris se aseguran de no dañar órganos importantes para mantener a la presa viva el mayor tiempo posible. Son carroñeros pero cuando tienen la oportunidad de comer alguna presa viva la dejan así el mayor tiempo posible.
Aquellos gritos se podían escuchar pese a la lejanía a la que se encontraban del barco.

Ya bastante lejos de la zona. Todo el grupo logró observar aquella sirena pequeña inconsciente que las estaba atacando con los arpones. Era de piel negra con el cabello rojizo. Tenía el cuchillo de Darya en su hombro derecho. Había quedado atravesada de su cola con uno de los tubos de metal que estaban esparcidos con la zona.
Darya se acercó a ella. No para ayudarla, si no para recuperar su cuchillo. Arrancando lo violentamente del hombro de la pequeña, la cual gritó de dolor comenzando a escurrir sangre de su herida.

- Bien, ya vámonos. -
Expreso Darya mientras guardaba su cuchillo.

- No la podemos dejar ahí. -
Elissa le dijo esto a su prima, mostrando preocupación por la pequeña. La cual se estaba retorciendo del dolor tratando de liberarse sin éxito.

- Si podemos. -
Darya le contesto a su prima de manera despreocupada. Demostrando su total apatía ante el sufrimiento de la pequeña sirena.

- ¿Marit? -
Elissa volteó a ver a Marit, se notaba en su rostro preocupación genuina por la pobre desgraciada.
Marit no pudo evitar a las súplicas de ella. Por lo que dio una orden a las demás.

- Raissa y Emma se quedan con nosotros. Iris vete con la demás al sur, logre ver unas cuevas como a 15 kilómetros de aquí. Después las alcanzamos. -

- Ok. Vamonos. Nademos en aquella dirección. -
Iris le dijo esto a las demás obedeciendo a su líder.

- Raissa, ven. Emma y Darya vigilen la zona. Debe de a ver más de esas cosas.

Esto disgusto a Darya, no estaba de acuerdo en ayudar a esa estupida sirena pelirroja. Pero no le queda otra opción.

- Descuida vas a estar bien. -
Elissa le dijo esto a la sirena mientras le frotaba la cabeza. La pequeña le dio una sonrisa aunque se le notaba el dolor que les provocaba ambas heridas. Se retorcía ligeramente y su respiración era bastante acelerada.

- ¿Que crees que podamos hacer? -
Marit le preguntó a Raissa mientras esta examinaba las zonas afectadas.

- No soy médica. Pero creo que la herida del hombro está bien. Sanara. El problema es el tubo que atraviesa la cola. No perforó el hueso, pero desgarro mucho el musculo. No creo que pueda nadar después de esto. Voy a tener que cortar la parte afecta. -

Las palabras de Raissa preocuparon a la sirena, la cual suplicaba que no se la cortaran.

- No hay otra manera -
Elissa le pregunto a Raissa.

- No. si saco la cola de la metal se desangrara rápidamente. Y si corto el metal y dejó parte de este dentro de ella. Esta completamente lleno de óxido el metal. Podría infectarse y morirá. Somos sirenas pero esas cosas pueden matarnos. Necesito algo lo suficiente filosos y un poco de vapor caliente para cautelizar las heridas. -

Mientras las 4 discutían sobre que hacer. Los anomalocaris comenzaron a llegar atraídos por el olor de la sangre y los gritos.
Emma y Darya comenzaron a atacarlos, no eran muy fuertes o resistentes pero cada vez había más que estaban comenzando a rodear las.

- ¡Dejen a esa idiota y vámonos! -
Exclamo fuertemente Darya mientras peleaba con aquellas criaturas que parecían nunca dejar de llegar más.

- Estoy de acuerdo -
Emma estaba de acuerdo con ella. Era un suicidio tratar de salvarla.

- Ya no hay tiempo. Lo mejor es matarla. -

Esto que dijo Raissa alarmó a todas. Marit escuchaba como le pedían que la dejara morir, que la mataran, la ayudarán, le cortarán la cola, como suplicaba que no la dejaran. Por lo que tomo una decisión.
Sujeto la cola de la sirena con un movimiento rápido la jalo hacia arriba para sacarla del tubo. Parte de los musculos de su cola se descartaron y grito de dolor. Era tan fuerte que se desmayó, pero ahora libre podían irse lo más rápido de ahí, la zona ya estab apunto de ser invadidas por los anomalocaris.

Pasaron varias semanas. El grupo había logrado hacer aquella cueva en un campamento después de haber perdido el anterior.
La pequeña sirena de nombre: Leira, contra todo pronóstico había logrado recuperarse poco a poco. No podía nadar velozmente pero al menos podía hacerlo.
Todo parecía ir bien pero había un gran problema. Ella quería volver a su grupo.
Esto era malo, pues ella sabía dónde se localizaban, y si iba con su grupo podía delatarlas para que las vuelvan atacar.
Y no podían nuevamente cambiar de zona tan rápido.
Darya está decidida a matarla, era lo mejor. Se deshacían de una traidora y un estorbo.
Elissa se opuso, pero como Darya tenía mucho control sobre ella no puso más objeción.
Coral mencionó que lo mejor era dejarla en algún lugar lejos y seguro con alimentos para que no supiera cómo regresar. 
Todas estuvieron de acuerdo, menos Darya.
Un día durante la madrugada tomo a Leira mientras seguía durmiendo. Cubriéndole la boca para evitar que gritara y llamará la atención de todas, llevándosela lejos de la cueva.

Muy lejos, a unos 600 metros lejos de la cueva, Darya le dijo algo a la sirena de piel negra y cabello rizado peligroso.
- Oye calma, no voy hacerte nada. ¿Sabes dónde están tus amigas? -
Esto aterró a Leira. Aterrada y confundida le hizo una simple pregunta.
- ¿Por qué? -

Darya soltó a Leira para mostrar que no había hostilidad alguna en ella. Comenzando a nadar juntas mientras hablaban.

Darya: Sabes, estoy harto de este grupo de cangrejas en el que estoy. El tuyo se ve mejor y quisiera unirme.

Leira: Si, lo es. Están un poco locas pero son grandiosas. Vas a encajar bien. Ahora somos parte del mismo equipo. 

Darya: Eso espero, aunque no se si me perdonen después de que mate algunas de sus compañeras.  

Leira: Descuida, estoy segura que...

Antes de que pudiera terminar lo que estaba diciendo. Darya con una mirada inexpresiva procedió a tomarla del cuello. Con un movimiento rápido pero poderoso destrozó de tal manera que la cabeza de Leira giro en sentido contrario rompiéndose al instante provocando su muerte.
Darya rápidamente tomó una piedra y se golpeó la cara provocando una fuerte herida en su nariz de la cuál comenzó a sangrar. Golpeo su estómago fuertemente provocando moletones en este.
Regreso al campamento adolorida diciendo que la sirena la atacó y huyó.
Marit dió la orden de buscarla. Elissa, Raissa, Coral y Marit.
Raissa estuvo siguiendo el rastro que dejó al nadar. Rápidamente se percató que algo no cuadraba pero decidio no decir nada. 
Después de algunos minutos de nadar encontraron a un montón de cangrejos de 1 metro de altura devorando algo. Se trataban de los restos de Leira qu estaban siendo comidos. Al notar esto los cangrejos huyeron rápidamente.
Dieron por sentado que al escapar fue atacada y devorada por los cangrejos.

Pero Raissa sabia que había algo raro. Se percató que ella murió porque alguien le rompió el cuello, los cangrejos son carroñeros; a diferencia de los anomalocaris que se llegan alimentar de presas aún vivas, los cangrejos no. También sus restos no tenian signos de haber tenido una pelea con nadie. El rastro que dejó indicaba que alguien nadó junto a ella, no estaba huyendo. Y lo más extraño, como rayos una sirena de no más 12 años pudo golpear a Darya; una de las sirenas más fuerte del grupo.
Raissa sabía que Darya la mató y fingió todo esto. Pero Elissa le pidió que no dijera nada. También Coral lo sabía, por lo que en solitario se lo comento. Un error que pago muy caro después.

sábado, 2 de diciembre de 2023

Sirenas y Atunes.

El sol comenzó a salir desde el horizonte para dar comienzo a un nuevo día. Debajo de las tranquilas pero constantes olas del océano, una pequeña pero increíble batalla se estaba desatando, entre una sirena adulta y un enorme megalodon; tan grande como un pequeño yate.
Pese a la descomunal diferencia de tamaño entre ambos oponentes, la sirena era capaz de seguirle el ritmo al enorme tiburón prehistórico. Incluso era capaz de superar su fuerza y velocidad por momentos.
El Megalodon intentó en un momento aplastarle la cabeza a su oponente con sus enorme mandíbulas, tan grandes y poderosas como para comerse a una persona entera y triturar sus huesos sin el más mínimo problema. La sirena de ojos marrones con un largo cabello de color oscuro detuvo la mordida únicamente con la fuerza de sus manos, los dientes de aquel poderoso pez cartilaginoso comenzaron a incrustarse en las palmas de las manos de su adversaria, pese a eso la sirena no cedió ni un solo segundo ante tal brutal fuerza ejercida con sus manos, es más, parecía que era al megalodon al que le constaba seguir ejerciendo tan descomunal fuerza con su mandíbula, a tal punto que sus enormes dientes estaban comenzando a fragmentarse por la piel tan dura de la sirena.

La sirena soltó una pequeña carcajada mientras se burlaba de su oponente.

- ¡Ja! Eso es todo. Yo peleaba con oponentes más grandes cuando tu solo eras un embrión -

El Megalodon comenzó a sacudirse violentamente provocando de la sirena pierda el equilibrio soltando las mandíbulas de su oponente. En respuesta a esto, el Megalodon se precipicito de manera violenta a toda velocidad hacia a la sirena, la cual dio un salto sobre su oponente de manera ágil para esquivarlo. La sirena se lanzó con toda la fuerza y velocidad que le fuera posible para golpearla la espalda del megalodon como si de un proyectil se tratara.


¡Cracks! ¡Pum! El sonido de las vértebras del megalodon rompiéndose se escucharon violentamente, para después caer potentemente en el suelo marino provocando un enorme estruendo que se escuchó a varias decenas de metros.
Llegando hasta una enorme cueva submarina donde varias sirenas se encontraban durmiendo en su interior, aproximadamente entre 8 de estas criaturas.
La mayoría no escucharon el sonido y siguieron durmiendo, exceptuando a 2 sirenas.
Una de las sirenas; de nombre Darya, tenía un peculiar color de piel, era algo morena pero con una tonalidad parecida al caramelo, ojos de color verde, con un cabello color castaño y bastante largo que se movía con el movimiento de las mareas.
Se encontraba algo soñolienta mientras le habla a su compañera de alado, quien también estaba despertando mientras abrazaba a una sirena más pequeña, la cual era su hermana menor. La sirena más grande; de nombre Mariana, de piel clara y con el cabello corto de color dorado, y una enorme cicatriz en el brazo derecho parecido al roce de un arpón. Y la más pequeña (aproximadamente 6 años de edad) era parecida a su hermana mayor; cuyo nombre es Gianira, lo único diferente a su hermana además de su tamaño, era que le falta una gran parte de su cola, como si se le hubieran cortado, razón por la cual no podía nadar y su hermana mayor siempre debía de cargarla para desplazarse dentro de una mochila a sus espaldas.

- ¿Será Marit? -
Pregunto Darya a Mariana mientras se frotaba los ojos para despertarse.


- Talvez -
Mariana le contesto mientras seguía abrazando a su hermana Gianira, quien se encontraba aún durmiendo. Mariana al terminar de pronunciar eso miro a su alrededor dándose cuenta que además de Marit, que normalmente salía a cazar algo temprano, faltaba también su otra compañera, Coral, una sirena de una piel de color marfil con un hermoso pelo de color verde.
Al darse cuenta de esto, Mariana le preguntó algo preocupada a Darya.

- ¿Crees que Coral este con Marit? -

Darya escuchó y simplemente se limitó a mirar a su alrededor dándose cuenta que en efecto Coral no se encontraba, pero no le dio importancia al asunto y decidido ignorar la preguntan de su compañera más joven para intentar volver a dormir.

Cientos de metros a la lejanía el megalodon yacía en el suelo con su columna totalmente destruida, totalmente incapacitado mientras seguía moviendo su cabeza de manera frenética.
Marit comenzó acercarse al megalodon para recostarse en su espalda rota de una manera elegante mientras soltaba pequeñas risas y se burlaba de su derrotado contrincante.
El Meg intentó atacarla pero ya no podía moverse, además de su columna rota. El fuerte impacto contra el suelo marino lo dejó completamente lastimado.

Después de algunos segundos bajo de su espalda y comenzó a moverlo para ponerlo boca arriba. Yen esa posición se acercó a su pecho, en la zona donde su corazón se encontraba. De esto modo levando su mano y de una manera brutal atravesó la gruesa piel elástica de esta criatura para tomar su corazón y comenzar arrancarlo violentamente.

El Meg se sacudió levemente con la poca fuerza que le quedaba para intentar defenderse pero por más que lucho para defenderse no lo logró. Solo pudo sentir como la mano de aquella sirena se adentro en su cuerpo en dirección a su Corazón. Lo último que sintió fue como ese órgano tan vital fue arrancado de su cuerpo violentamente para finalmente morir.
Marit sostuvo el corazón del Meg con sus 2 manos ensangrentadas. Era más grande que su cabeza. Mirando fijamente con un rostro inexpresivo mientras la sangre cubría sus manos y comenzaba a flotar machando el agua del océano de un color rojo profundo de la sangre que emanaba del cadáver del Megalodon.
¡Puaj! Hizo un gesto de asco mientras miro el corazón para después arrojarlo.
Contemplo el cuerpo sin vida del Meg mientras le tocaba la cabeza y lo miraba con un poco de indiferencia.

- No fue personal, solo es para sobrevivir -

Marit tomo la cola del Meg y comenzó arrastrar el enorme y pesado cuerpo del tiburón sin el más mínimo esfuerzo, en dirección donde se encontraba sus compañeras para llevarles algo de comer.
Darya ya no pudo seguir durmiendo, a su vez Mariana tampoco pudo volver a dormir debido a la preocupación de no saber dónde estaba su otra compañera, mientras de Gianira aún se encontraba durmiendo, al igual que el resto de sirenas.
Mariana preocupada le pidió a Darya si podía cuidar a su hermanita mientras ella iba a buscar a coral en las cercanías, ya que no sabía si realmente se encontraba con Marit.
No obstante, tras algunos minutos de buscar no encontró ninguna señal de ella por ningún lado, es casi como si se la hubiera tragado el océano. Tenía la esperanza de que si estuviera con Marit, aunque era algo raro, ya que Coral no solía salir para cazar.

Mientras en la pequeña cueva. Darya estaba a un lado de la durmiente Gianira. La miraba fijamente con cierto desprecio, no le agradaba para nada, ya que consideraba ambas un estorbo; sobre todo a la más pequeña.
Hace algún tiempo Marit las habían encontrado y las unió al grupo; cuando era más numerosas. Debido a Gianira había perdido su cola hace tiempo en un "accidente" del cual no quieren hablar ninguna de las dos.
Darya seguía mirando con disgusto a la pequeña Gianria, cuando te pronto algo flotando llamo su atención. Un paraguas que se encontraba flotando con las olas del océanos, estaba bastante viejo y deteriorado con la corrosión del agua. Se dirigió rápidamente para tomarlo. Una vez en sus manos, arranco la tela del bastón de metal dejando únicamente el mango de madera para poder sostenerlo de manera eficaz. Se acercó a Gianaria la cual seguía durmiendo. Con el bastón le dio un pequeño piquete en la cara a la pequeña sirena, lo cual solo provocó de esta apartada el objeto de su cara sin despertar. Al ver esto, le hizo otro pequeño piquete en las cosquillas, algo que la incomodo pero sin despertarla. El tercer piquete en las costillas sin embargo fue más fuerte; algo que provocó que Gianira despertarla bruscamente comenzando a llorar.
Mariana a las lejanías escuchó claramente el llanto de su hermano por lo que se dirigió rápidamente hacia la cueva. Darya al saber que Mariana no tardaría en llegar escondió el bastón en unas piedras, y cargo a Gianira como si estuviera tratando de calmarla, aunque en realidad únicamente esta tratando de ocultar lo que le estaba haciendo a la pequeña.
Esto también despertado a las demás sirenas, las cuales no se percataron del acto que había comedido Darya; excepto una sirena de ojos color verde esmeralda, piel morena y cabello castaño corto, llamada: Elissa. Logró observar como su prima escondía el bastón con el que estaba picando a la pequeña sirena de cabello dorado.
Darya observó a la lejanía que Mariana se estaba acercando a todo velocidad en dirección a su hermana.

- ¿Que pasó? - Mariana preguntó exaltada a Darya mientras cargaba a su pequeña hermana intentando tranquilizarla.

- No lo sé, comenzó a llorar de la nada. - Explico a Mariana mientras seguía "tratando" de calmar el llanto de Gianria para posteriormente dársela.
Mariana la cargó y comenzó a cantarle, con una voz angélica y dulce a su pequeña hermana mientras la arrullaba suavemente. Gianira poco a poco dejó de llorar comenzando a tranquilizarse para sonreírle a su hermana mayor felizmente, también le hizo algunos sonidos leves con la boca.

Hizo aparecer un pequeño títere de peluche en forma de una especie de oso unicornio bastante tierno que se puso en la mano. Comenzó hablar sin mover los labios modificando su voz, como si de un ventrílocuo se trata, para que el títere hable por ella.

-          ¡Gracias! Gianira se siente mejor, eres la mejor hermana del mundo.

Gianira no hablaba, no porque no pudiera, más bien era por algún trauma que hizo que dejara de hacerlo hace años.

Mariana la abrazó infelizmente. Las demás sirenas se acercaron para ver como seguía Gianira, ya que se preocupaban bastante por ella. Por su parte, Darya al ver esto su expresión mostraba bastante desagrado al ver que toda la atención va hacia las hermanas oxigenadas. Observo también como su prima Elissa iba en dirección a Mariana, al percatarse de esto rápidamente la tomó del brazo para detenerla bruscamente. Asustando a Elissa, volteando a ver el rostro de su prima, un rostro de enojo se vio en su prima, como si solo con mirarla le dijera "No te atrevas".
Elissa y Mariana son buenas amigas desde hace tiempo. Pese a que su prima Darya no le gustaba para nada esa amistad, ya que sentía que había más que una amistad por parte de Mariana. Elissa sabía que su prima solía molestar a Gianira cuando estaban a solas, pero solía no decir nada porque no quería meterla en problemas.
Repentinamente la alejo del lugar, adentrándose más adentro de la cueva mientras seguía sosteniendo bruscamente del brazo. Algo que estaba lastimando un poco a Elissa, de tal modo que cuando la soltó se podía ver la mano marcada en su brazo.

- Ya te dije que no me gusta que te juntes con ella -
Darya dijo esto a su prima en un tono bastante molesto mientras la miraba fijamente a su prima con los brazos cruzados.

- L.. Lo siento -
Elissa se disculpó bastante apenada mientras agachaba la cabeza.
Darya se acercó de manera rápido a su prima, algo que la asustó. Pero cambió su tono agresivo a uno más cariñoso para hacer que dejara de sentir miedo, con su mano le frotó la cabeza suavemente.

- Yo.. solo quiero que estés bien. -

- Pero, Mariana es buena, y es mi amig... -
Mientras le explicaba a su prima, Elissa se dio cuenta de nuevamente la expresión de su prima volvió a una de enojo. Situación que la volvió asustar, debido a esto Darya comenzó a gritar de manera violenta asustándola.

- ¡NO ES CIERTO! ¡TAL VEZ TU NO LA VEAS ASI PERO ESTOY SEGURO QUE ELLA TE ESTA CORTEJANDO! -

Mientras eso ocurría, la manera tan brusca en la que hablaba Darya hizo que una de las sirenas que estaba cerca del lugar escuchara como estaba regañando a su prima. Se acerco a la zona y vio como estaba molestando a Elissa, algo que era bastante recurrente.

- ¡Que pasa! - Dijo la sirena de piel color durazno y cabello color turquesa.

- ¡No te metas, Iris! - Darya contestó bastante enojada con una cara que parecía querer matarla con solo mirarla.

- ¡Sardinas! Ya te pareces a Nerissa - Iris dijo esto. Darya al escuchar ese nombre. Su rostro por unos instantes se puso de manera inexpresiva pero instantáneamente su rostro nuevamente se transformó en uno de iría, no obstante este rostro hizo parecer al anterior como uno de alegría. Sus dientes se afiliaron, al igual que sus uñas y su pelo comenzó a flotar. Elissa sabía perfectamente que su prima odiaba escuchar ese nombre, y peor si la comparaban con esa sirena, por lo que se alejó de su prima rápidamente poniéndose contra la pared completamente aterrorizada.
Darya sin decir una sola palabra, y como si de un proyectil se tratara se lanzó con los brazos estirados en dirección a Iris violentamente a toda velocidad.
No sé esperaba el ataque, además la distancia entre ambas era demasiada corta para al menos reaccionar.
Darya tomó a Iris de ambos hombros con sus manos, apretándolos violentamente. Con la fuerza que se arrojó provocó que el cuerpo de Iris se precipitara contra una de las gruesas paredes de la cueva, atravesándola y destruyéndola bruscamente con tan descomunal impactado. Provocando que toda la cueva se sacudiera, alarmando a las demás sirenas. Además se provoco un enorme estruendo que se logró escuchar a la lejanía. Marit se percató de esto, pensó que sus compañeras estaban siendo atacadas, dejando al Megalodon que había cazado en el suelo para llegar más rápido.
Darya y Iris atravesaron varias de las gruesas paredes hasta salir de la cueva dejando un enorme hueco detrás.
En eso, Darya le dio un enorme golpe con bastante furia en la cara a Iris, con tal fuerza que la impactó bruscamente contra el suelo marino levantando una enorme nube de polvo.
Iris yacía en el suelo aparentemente inconsciente. Darya se acercó y la observó bastante molesta.

- ¡No me vuelvas a comparara con esa zanahoria oxigenada! -
Exclamo esto con bastante furia mientras Iris seguía inconsciente en el suelo.
Su aspecto volvió a la normalidad mientras la miro por algunos segundos con bastante furia. Le dio la espalda para retirarse. Pero de pronto, una hoja muy afilada se precipitó velozmente así el lado izquierdo de su cara provocándole un enorme corte. De aquella enorme herida comenzó a escurrir su sangre. Sangre de color azul fluyendo con el agua.
Su expresión perpleja cambió a uno de total furia volteando rápidamente hacia donde esta Iris. Ella estaba de pie con la mano extendida y bastante enojada.
Con la velocidad de un parpadeo ambas se abalanzaron en dirección a la otra, listas para pelear.
Iris dio un salto para evadir el ataque, este suceso desconcertó a Darya quien no se esperaba dicha reacción. Una vez que había evadido el ataque y ya encima de ella a una distancia segura pero no tan lejana. De sus manos formó un enorme martillo para intentar golpear a Darya en la cabeza y dejarla inconsciente, pero de algo que no tuvo en cuenta fue que ese movimiento la dejó vulnerable para un contraataque, debido a que Darya al darse cuenta de esto se precipitó hacia su abdomen golpeándola fuertemente que la elevó varios metros del piso provocándole un enorme daño que hizo que escupiera bastante saliva. Darya dio un enorme salto mientras Iris se agarraba con dolor el vientre soltando el enorme martillo, el cual desapareció apenas lo soltó.
Darya dio una vuelta completa para golpear en la cabeza a Iris de manera violenta y con bastante fuerza. El golpe fue tan brutal que nuevamente se impactó en el suelo marino aparentemente bastante lastimada, levantando una enorme nube de polvo marino que no permitía ver la zona de impacto.
Una vez que el polvo se disipó, Darya observó a su compañera en el suelo, aunque se veía bastante lastimada, creo una enorme lanza con la que tenía toda la intención de atravesar a Iris para matarla. Se arrojó velozmente con la lanza apuntando en dirección al corazón de Iris para acabar con ella de una vez y por toda. Finalmente lo logró, con aquella lanza le atravesó el corazón a su compañera acabando con la vida de ella.
Pensó que había ganado y por fin pudo deshacerse de Iris. No tenía idea de que todo era una trampa. Al tomarla del pelo para verle el rostro se percató de que esa no era Iris, se trataba de un enorme muñeco de trapo con su forma.
- ¡Eres más almeja de lo que creía!
Vocifero Iris, lanzándose velozmente contra Darya por la espalda, golpeándola bruscamente de tal modo que fue arrojada de manera estrepitosa a toda velocidad de regreso hasta la cueva, volviendo atravesarla de manera violentamente, fragmentando otras de las enormes y gruesas paredes de esta gigantesca cueva.
Mientras la brutal pelea se estaba llevando acabo, al mismo tiempo.
Las demás sirenas que se encontraban en la cueva fueron en dirección en donde el poderoso estruendo fue producido. Mariana llevaba a su hermana en una pequeña mochila a sus espaldas. Al llegar aquel lugar, observó a Elissa bastante perpleja, además del enorme hueco que estaba atravesando la cueva. Se acercó a Elissa tomándola gentilmente de los hombros y como una voz tierna le preguntó. Gianaria asomando su cabeza por el hombro de su hermana se quedó mirando a ambas.

- ¿Que pasó, Elissa? -

La sirena de piel morena al ver que Mariana estaba bastante cerca de ella se sonrojo un poco. Cuando apenas estaba apunto de articular una palabra para explicarle lo que estaba pasando.
Otro estruendo sacudió la enorme cueva, de tal modo que se estaba desmoronando enfrente de ella.

- ¡Hay que salir de aquí! -
Exclamo fuertemente una de las sirenas, Emma. Para nadar velozmente en dirección a la salida de la cueva mientras enormes pedazos de piedras caían por el lugar.
Las demás sirenas la siguieron velozmente. Mariana rápidamente tomo la mano de Elissa para salir de la cueva, algo que hizo que su cara se volviera como un tomate. Para mala suerte de ambas, la salida fue bloqueada por varias enormes y pesadas rocas. Esto las asustó ambas, Marianna sabía que no solo su vida estaba en peligro, también la de su hermanita y la de Elissa lo estaban. Vio el enorme hueco que estaba en la pared que conducía hasta la parte exterior de la cueva, era un camino bastante largo, pero debía hacerlo.

- ¡Hay que nadar rápido, Elissa! -
Mariana le dijo esto a Elissa mientras la miraba, ella acentuó la cabeza sonrojada mientras aún seguían sostenida de las manos.
- Metete a la mochila y cierrala bien hermanita! -
Gianaria al escuchar esto acentuó la cabeza, volvió a sacar su títere para hablar nuevamente por el.

-          Si, haremos lo que digas.

 Al terminar de decir esto se encerró por completo en la mochila,
Ambas nadaron a toda velocidad por el enorme hueco, pasando por varias de los túneles de la cueva atravesando por el hueco. Nadaron lo más rápido que pudieron mientras la cueva se estaba demorando rápidamente. De manera increíble, casi como un milagro, lograron salir de la cueva en el último segundo.
Mientras el corazón de ambas sirenas estaban latiendo fuertemente por el susto. Se sonrieron mutuamente, pero en un instante un montón de polvo las cubrió por completo, torciendo por esto.

Momentos antes de que la cueva se derrumbala, dentro de esta. Darya se encontraba bastante molesta y adolorida por el fuerte golpe, además de haber sido engañada con un truco muy estupido. Cuando estaba apunto de regresar, se dio cuenta que la cueva comenzó a temblar, derrumbándose poco a poco en el proceso. Vio a las demás sirenas salieron rápidamente de la cueva. Se dio cuenta que su prima no estaba con ellas, se había quedado en aquel lugar bastante lejano de la salida. Darya puso una genuina cara de preocupación nadando en dirección a donde se encontraba su prima. Al llegar se dio cuenta que la entrada está completamente sellada por enormes rocas. Intento quitarlas rápidamente, incluso llego a destruir varias de las rocas pero esto solo provocó que la cueva temblará más fuerte ocasionando que se comenzara a derrumbar más rápido.
Al darse cuenta de esto, nada en dirección a la salida, mientras lágrimas salían de sus ojos, repitiendo una y otra vez con una voz quebrada.

- ¡Perdón, primita! -

Iris a lo lejos vio como en cuestión de segundos aquella enorme cueva se derrumbó por completo, provocando que toda la zona se llenara de polvo marino nublándole la vista a todas las sirenas presentes, incluso a la propia Iris que se encontraba bastante lejos.
Una vez que el polvo se disipó por completo. Iris observó a sus compañeras sanas y salvas, pero bastante asustadas porque sus muertes estuvieron cercan.
Todas se dieron cuenta que Darya se encontraba en suelo llorando de manera descontrolada y lamentándose porque pensaba que su prima estaba muerta.
Al levantar la mirada se dio cuenta que Iris la estaba viendo, rápidamente se levantó e intentó volver atacar a Iris. Pero las demás sirenas rápidamente la detuvieron, la fuerza de Darya era tan enorme que apenas las 3 sirenas podían detenerla con bastante esfuerzo.
Darya le grito bastante enojada con voz quebrada mientras seguía llorando.

- ¡Por tu culpa mi prima está muerta! -

Iris le contesto bastante enojada, reprochándole como ella trataba a su prima.

- ¿Mi culpa? ¡A ti nunca te ha importado tu prima! Siempre la estás molestando -

Ambas seguían discutiendo y la tensión estaba aumentando entre ellas.

Las otras 3 sirenas soltaron a Darya, una de las sirenas de nombre Raissa comenzó a reír levemente y aprovechando que los gritos entre Iris y Darya no dejaban oír nada, soltó algunos comentarios bastante extraños y curiosos.

-          Miren chicas, Darya y Iris van a tener sexo de nuevo.

Este comentario dejó desconcertados a las otras sirenas, debido a la fuerte discusión entre las 2 sirenas estas no las escucharon y siguió soltando comentarios raros.

-          Chicas, vayan a la superficie para tener sexo.

Mariana, Gianria y Elissa miraban a lo lejos mientras se acercaban rápidamente al lugar. Elissa no quería soltar a Mariana porque así se sentía más segura, y Mariana no parecía molestarle esto.
Elissa se encontraba bastante preocupada porque no le gustaba ver a su prima en ese estado.

- Mi prima está enojada. No me gusta verla en ese estado. -
Elissa dijo esto bastante asustada y llena de nerviosismo.
Mariana volteó a verla y simplemente le sonrió de manera gentil, asimismo la pequeña Gianaria dentro de la mochila hizo lo mismo.
Elissa se sonrojo nuevamente, Mariana al ver esto desvió la mirada y también se sonrojo ligeramente. Gianaria se percatado de esto y sonrió de una manera feliz, le gustaba verlas juntas.
Ambas al estar cerca observaron como la tensión estaba subiendo a niveles extremos.
Elissa le habló fuertemente a su prima.

- ¡Ya basta, Darya! -

Sin voltear a mirarla, contesto de manera enojada.

- ¡No te metas Elissa! -

Elissa pidió disculpas y agachó la cabeza.
A los pocos segundos, Darya se percató que su prima estaba ahí. Volteo a mirarla y sonrió felizmente. Quería abrazarla fuertemente, no obstante toda esa alegría se desvaneció al ver que su prima estaba tomada de la mano con esa maldita sirena de pelo de elotes, convirtiéndose en una enorme ira. Rápidamente las separa, dándole un fuerte empujón a Mariana. Elissa intentó defenderla pero se vio intimidada por la mirada de su prima.

- ¡Alejate de mi prima! -
Dijo esto con bastante furia, Mariana ya hasta y enojada de su actitud; además de que pudo lastimar a su pequeña hermana, la empujo fuertemente alejadola de lugar y de la cercanía de su prima. Ella se puso enfrente de Elissa.
Darya se enojó a un más por esto que por el empujón.

- ¡No voy a dejar que una almeja como tú salga con mi prima! Por se que te gusta.
Elissa al escuchar esto se sonrojo bastante.

Una de las sirenas de nombre Raissa, cuya peculiaridad era que usaba lentes no pudo evitar reírse al escuchar eso. Menciona entre carcajadas.

-          Las Sirenas no nos enamoramos, para que lo haríamos. El único afecto que sentimos es entre familias o entre miembros de nuestras especie. A veces. –

Darya bastante molesta le contesto a la sirena con anteojos.

-          Tu no te metas, Raissa. Este no es tu asunto. –

Por otro lado, Mariana se sonrojo un poco y le contesto algo que hizo que Darya se enojara aún más.

- Si fuera así a ti que te importaría. -
Elissa al escuchar esto se sonrojo aún más cubriéndose la cara con sus manos de forma apenada. Darya se lanzó rápidamente hacia a ella. Pero de manera repentina fue frenada debido a que alguien la detuvo de la cola.

- ¡Sueltame estupida almej.....-
Mientras decía eso bastante enojada se percató de quién la detuvo era Marit, por lo que su expresión de enojo cambió a uno de preocupación.

- ¿Que pasó aquí? -
Pregunto con una voz firme y bastante intimidante. Darya bastante intimidada no supo que contestarle, por lo que rápidamente culpó a Mariana e Iris de lo sucesos.
Una discusión entre las 3 sirenas comenzó, gritando y culpando a la otra de los sucesos. Hablando al mismo tiempo que no se le lograba entender nada a ninguna.
El constante ruido provocó que la paciencia de Marit comenzara acabarse. Completamente enojada dio un enorme y estruendoso grito provocando que todas las sirenas presentes quedaran bastante asustadas, incluso se pudo escuchar a varios metros a la lejanía que los animales marinos como: peces, cangrejos e incluso delfines se alejaron de la zona lo más rápido que podían por el susto.

- ¡No me importa quién fue la culpable! Destruyeron la cueva y ahora ya no tenemos donde vivir. -

Dijo esto con una voz firme llena de completa autoridad mientras las miraba a todas. Todas las sirenas bastante apenadas se disculparon. Marit pensó que probablemente había sido bastante dura con todas, al menos no había pasado nada grave y se encontraban bien. Bueno, eso pensó por unos instantes, ya que al mirar a cada una de las chicas se percató que solo había 8 sirenas presentes, faltando una: Coral.
Esto la preocupó bastante porque por unos momentos pensó que tal vez se había quedado entro de la cueva sepultada entre un montón de rocas.

- ¿¡Donde está coral!? ¿Se quedó en la cueva?. -

- No, te hecho pensé que estaba contigo. -
Mariana le respondió de manera intranquila, ya que tenía la esperanza que se encontrara con ella.

- No, de hecho cuando me fui estaba durmiendo con ustedes. Eso fue como hace 45 minutos. -
Marit se nota más preocupada por el paradero de Coral. Rápidamente las organizó en equipos para comenzar a buscarla. No había pasado mucho tiempo y no debía estar muy lejos de la zona, además tenían que ir a recoger el megalodon que había cazado momentos atrás, pues sin ese enorme pez cartilaginoso se quedarían sin alimento suficiente de nuevo.
Marit las separó en el siguiente orden, asegurándose de separar a las más fuertes para que pudieran proteger a las más débiles.
Ella estaría junto a Darya, porque necesitaba a otra sirena fuerte para cargar al megalodon más rápido hasta una zona segura.
Iris estaría junto a Livia.
Emma formaría grupo con Raissa.
Y finalmente: Mariana y Gianira estarían junto a Elissa.
Al escuchar esto, Darya mostró un rostro lleno de inconformidad, no le gustaba para nada que su prima tuviera algún contacto con Mariana.
Marit se percató de esto, ya le estaba cansando aquella actitud mostrada por Darya. Le hizo una pequeña pero fuerte pregunta.

- ¿Algún problema con los equipos?

Darya simplemente se limitó a mover su cabeza de lado a lado en forma de negación. Aunque se le notaba bastante claro que era más por presión que por estar convencida.

- Bien, busquen a sus alrededores. Cada equipo en uno de los puntos cardinales, si encuentran algo sobre Coral toquen el caracol (Marit hace aparecer un enorme caracol de mar de sus manos para inmediatamente de mostrarlo desaparecerlo) de igual modo si se encuentran en peligro. Y todas miremos de inmediato a la zona ¡Entendido! -

Marit dijo estos a sus compañeras mientras todas escucharon atentamente. Al terminar las indicaciones dichas, todas de manera fuerte contestaron un rotundo.

- ¡Si! -

Inmediatamente partieron en dirección a su objetivo con la esperanza de encontrar algo sobre su compañera desaparecida.
Mientras Marit nada junto a Darya, esta seguia refunfiniendo constantemente y durante todo el camino. Poco a Poco su paciencia comenzó acabarse, se estaba harto de la actitud más infantil de esta chica.

Por otra parte en el lado este de la zona, Mariana y Elissa se encontraban nadando gritando en voz alta el nombre de Coral, esperando que esta les respondiera o como mínimo escuchar algo sobre ella, pero simplemente no escuchaban ningún rastro de ella. Gianira por otro lado seguía dentro de la mochila mirando de manera atenta a sus alrededor.
La expresión de Mariana se notaba bastante ansiosa y llena de preocupación. Su hermanita al notar esto, rápidamente salió de la mochila para tratar de abrazar a su hermana y consolarla. Pero debido a su condición por su cola le costaba bastante nadar, únicamente quedándose flotando en el agua tratando con bastante esfuerzo ponerse enfrente de ella.
Mariana no se percatado de esto, pero Elissa si lo hizo, ayudándole a llegar a los brazos de su hermana.
Ella se preocupo bastante pero eso se desvaneció cuando su pequeña hermanita la abrazo, provocando de toda su angustia desaparecieran. Después de eso Mariana la reprendió por salirse de esa manera, debido a que solo se quedaba flotando una corriente de agua fuerte se la pudo haber llevado.
Aún así decidió dejarla fuera unos momentos bajo su supervisión. Elissa le pidió permiso para poder tomarla de la mano y hacia ayudarle a nadar, cosa que ella aceptó.

- Sigo sin entender como tu y Darya son primas. -
Mariana que hizo una pregunta a Elissa, quien seguía tomando de la mano a Gianira. Elissa sonrió un poco hablándole como es la relación con su prima.

- Darya no es mala, de hecho cuando eras más pequeña éramos muy unidas. Siempre que estaba triste solía usar un títere que llamaba, Mermlaidy. Era bastante gracioso. -

Esto sorprendió bastante a las hermanas, solo llevaban conociendo a Darya hace como unos 2 años aproximadamente. Y desde esos momentos era una gruñona que se alteraba si se acercaban a su prima.
Mientras ambas pensaban eso, el rostro felicidad de Elissa cambió a uno de melancolía mientras seguía hablando.

- Pero todo cambió cuando nuestras madres murieron. -

Iris y Livia se encontraban en el norte.
Ellas no tenían una relación muy grande, por lo tanto no hablan mucho entre ellas mientras buscaban a Coral. Limitándose a preguntar si encontraban algo.
Eso hasta que Livia, una sirena de piel morena y cabello largo color castaño mencionó un dato que llamó la atención de Iris.

- Parece que se lo llevo la corriente. Tal vez si le hizo caso a sus pesadillas. -

- ¿Que pesadillas? -
Iris escuchó esto y quedó confundida mientras seguía buscando. Preguntándole a su compañera sobre ese extraño comentario.

Por otra parte, Marit y Darya en la parte sur del área ya estaban apunto de llegar a la zona en donde se había quedado el cadáver del Megalodon. Darya seguía hablando entre dientes, Marit se detuvo bruscamente provocando de Darya se asustará por eso.

- Deja de hablar entre dientes. -
Marit dijo esto bastante molesta mientras estaba enfrente de Darya dándole la espalda.
Si bien estaba asustada le contesto enojada reprochándole el como había formado los grupos, sobretodo porque puso a su prima con Mariana y Gianira.

- Es tu culpa. Pusiste a mi prima con esa tarada cabeza de elotes. -

Marit se volteó en su dirección para preguntarle.

- ¿Por qué te molesta? -

- No me molestaría si esa almeja no estuviera cortejando a mi prima. Tiene como 30 años menos que ella. -

- Somos Sirenas, 30 años para nosotras no son nada. Además nosotros no cortejamos ¿Para que lo haríamos en primer lugar? Esas cosas no nos importan. Una sirena sólo siente afecto por su familia y a su especie.

Darya escuchó esto y no supo que contestar. Marit estaba apunto de preguntarle algo a su compañera, justo en ese instante su interrumpida con Darya diciéndole que un enorme Con Ritt a lo lejos estaba tomando algo del piso. Marit volteó y se percató que lo que estaba sosteniendo aquella criatura era al megalodon que había cazado.
Darya nadado rápidamente para atraparlo, pero Marit sabía que eso era una mala idea, intento detenerla pero fue más rápida de lo que esperaba. Por lo que decidio seguirla.

- ¡Oye! Suelta eso asqueroso artrópodo. -
Grito al enorme y joven Con Ritt mientras sostenía el cadáver del megalodon con sus poderosas pinzas tan grandes como el propio tiburón. Este enorme artrópodo ignoró el grito de la sirena que cada vez se acercaba más a el, caminando con sus múltiples patas articuladas mientras se alejaba de la zona. Cuando Darya estuvo algunos metros cerca del Con Ritt para comenzar a pelear con el y quitarle en el proceso a su presa. Marit se puso enfrente de ella para detenerla y evitar que termine muriendo.

- ¿Que haces Marit? ¡Hay que detenerlo! -
Darya le dijo esto a Marit, la cual simplemente se limitó a decirle.

- Mejor déjalo, si lo haces moriremos. -
Esta respuesta molestó bastante a Darya, pero sabia que tenía razón. El único problema no era solo su enorme tamaño, casi 55 metros de largo, o sus pinzas que pueden ejercer una fuerza de presión descomunal. Ni sus enormes y gruesas placas óseas; de al menos 50 cm de grosor, que cubren todo su cuerpo. Tan duras y resistentes que hacen ver el acero reforzado como una simple hoja de papel insignificante. El verdadero peligro era su capacidad de expulsar chorros de aguas hirvientes, esta agua es capaz de superar los 10000 grados centígrados, por lo que cualquier cosa que estuviera a su alcance sería evaporado en segundos por completo.
Ambas observaron como aquella bestia se llevaba su alimento sin poder hacer nada.
Mientras ambas veían eso, el sonido de un caracol se escuchó en el oeste. Todas escucharon eso por lo que rápidamente se dirigieron a esa zona.
En la zona donde se encontraba Elissa, ella cargó a Gianira para llegar lo más rápido posible.

En esa zona se encontraban, Emma y Raissa. Raissa de todas las sirenas del grupo es de la más inteligente, capaz de crear estratégicas para la caza e incluso para defenderse de otros grupos de sirenas o especies que intenten atacarla y/o quitarles sus pocos recursos. Suele usar unos lentes aunque no los necesite para nada, simplemente le gusta usarlos, es más ni siquiera tienen cristales.
Emma es más fuerte que ella, lo suficiente para ser alguien de temer y poder protegerla mientras estén juntas.
Todos las sirenas llegaron a la zona donde se encontraban.
Raissa rápidamente le mostró lo que había encontrado, un mechón de pelo de Coral, además una de las piedras tenía marchas de uñas, como si algo la hubiera arrastrado hasta la superficie.
Marit se preocupó y rápidamente supo quién era el culpable de esa desaparición, el "demoncuochiverzi" o "la cosa roja". Todas pusieron una cara de terror absoluto, y por su parte Gianira se aterrorizó al escuchar el nombre “demoncuochiverzi" por lo que abrazo a Elissa mientras la estaba cargando. Darya observó eso, molestándose al ver a su prima con esa niña, pero decido contenerse. Marit subió hasta la superficie para ver si ese sujeto seguía ahí en su barco, pero al mirar por todos lados no había nada más que enormes extensiones de agua.
Después de un rato, Marit aceptó que su amiga se había ido para siempre.
No solo habían perdido la comida del día, también a una compañera. Esto último a Marit le dolió bastante hasta el rincón más profundo de su alma.
La zona donde estaban ya no era segura, debían seguir nadando e ir algún otro lugar. Después de algunas horas de nadar encontraron un enorme cardumen de atunes.
Raissa hizo un plan para poder capturar la mayor cantidad de atunes posibles. Consistiendo en rodearlos entre 5 de ellas de manera rápida para confundirlos, mientras las otras con lanzas los atrapaban.
La caza fue un éxito, logrando pescar varios de estos peces. La noche llegó, por lo que decidieron salir del océano para descansar en una pequeña isla que encontraron para poder cocinar los peces y comerlos.
Si bien estaban feliz por estar juntas también no podían evitar sentirse triste por su Compañera Coral, sobre todo a Marit, por su parte a Elissa parecía no importarle mucho.
Todas comieron los peces cocinados. La pequeña Ginaria fue la que más comió, incluso se quedó con hambre. Por lo que su hermana le dio el suyo. Elissa quería compartir el suyo con Mariana, pero su prima la detuvo.
Después de eso regresaron al agua para descansar en una de las pequeñas cuevas que había en la zona. Todas dormían juntas un lado de la otra, de esta forma si una despertaba alertaba a las demás. Marit  decidió quedarse despierta al menos unas horas más, y al día siguiente no salir a cazar temprano hasta que todas estuvieran despiertas.

[algunas semanas después]

El grupo se encontraba descansando en una cueva submarina en el océano Pacífico en el centro de este.
Al despertar todas tenían que hacer una rutina diaria que fue propuesta por Raissa y aprobada por Marit para evitar que vuelva a pasar algo como lo de Coral. En grupos de 2 (conformados como la última vez) inspeccionarían la zona a unos 100 metros para asegurar que sea seguro.

Mariana observo la zona como a unos 50 metros lejos de la cueva, cuando te pronto observo como aquella "cosa roja" se estaba acercando muy a lo lejos, estaba bastante lejos, pero debido a su hermano tamaño se podía ver perfectamente que se trataba de ella.

- ¡Cara de ajo! Hizo aparecer el caracol para soparlo fuertemente-

Al hacer esto nada rápido de regreso a la cueva, acción de todas replicaron para esconderse. Marit de manera percápita y tratando de esconderse pero también para poder observar la trayectoria de la criatura, creo una especie de binoculares, que estaban formados por 2 botellas de vidrios.
Se percató que en efecto, aquella criatura sí era "la cosa roja" pero había algo raro con ella. Era enorme, roja y con un gran caparazón en su cabeza, pero esta no tenía los ojos verdes si no de color azul, y en vez de tener 5 tentáculos enormes tenía una cantidad de absurda de apéndices que poder contarlos era casi imposible. Por lo cual temió que hubiera más de una de estas criaturas extrañas. Pero lo que más llamó su atención era que algo la estaba acompañando, algo que estaba recostada en su enorme caparazón.
Logro observar con algo deteniendo aquella persona que estaba encima de ella. Era una sirena con un enorme cabello de color rojo. Supo rápidamente de quién se trataba, por lo que dijo con un tono de desagradado.

- No puedo creer que siga viva. -

Mariana confundida le preguntó confundida al no saber de quién se trataba.

- Nerissa, sigue viva. -

Mariana siguió confundida ya que era la primera vez que escuchaba ese nombre, también porque a Marit parecía desagradarle su presencia.
Mientras pensaba en eso, inmediatamente Darya le arrebató los binoculares a Marit, algo que dejó impresionadas a todas por esa reacción, incluso a la propia Marit.
Darya comenzó a maldecir al darse cuenta que efectivamente se trataba de Nerissa.

- Asquerosa almeja, sigue con vida. -

Las demás sirenas comenzaron a murmurar sobre eso, la mayoría pensaba que ya esta muerta hace años, excepto Mariana y su hermanita no sabían de quien se trataba.
Elissa le tocó el hombro para explicarle sobre esa sirena de cabello rojo.

- Nerissa, es el reina de las sirenas. La reina de nosotros.

Darya interrumpió a su prima ignorando el hecho de que Elissa estaba bastante cerca de Mariana por su enojo.

- De lo único que es reina, es la reina de las almejas. Estúpida, cabeza de puré de tomate. Se cree mejor que yo pero solo es basura marina -

- ¡Abajo! -
Marit exclamó eso para tomar a Darya y esconderla debido a que "la cosa roja" ya estaba bastante cerca. Debido a la gran velocidad a la que paso y a su descomunal tamaño arrasó la zona levantando una enorme nube de polvo.
Cuando se disipó todo aquel polvo salieron de su escondite para observar como aquella criatura se alejaba hasta perderse.

- ¿Por qué esa Almeja pelo de Tomate está con esa cosa? -
Darya se preguntó asimisma en voz alta.

- No lo sé -
Marit le contesto mientras observaba la dirección a la que iba, una zona que ella conocía bastante bien.

- ¿Y a dónde van? -
Elissa le preguntó a su prima, quien no le respondió.
Marit le contesto su duda.
- Lo único que hay en esa dirección es el Pozo de Oceanus. -
Todas las sirenas escucharon eso y quedaron confundidas, porque irían en esa dirección. Tal vez para recuperar el tridente. Debido a que ellas desconocían que Nerissa lo sacó hace tiempo atrás con la ayuda de Ruby Gillman.

Pasaron algunos días y las sirenas siguieron su camino hasta que finalmente llegaron a una pequeña isla en el océano Pacífico rodeaba por una espesa niebla que la volvía prácticamente invisible, a varios kilómetros de las costas de California. Donde decidieron establecer ya que tenía todo lo que necesitaba para sobrevivir, volviéndola su hogar.
Usando una de las cuevas como casa, decorándola para hacerla más cómoda para vivir. Incluso cada sirena tenía su propia habitación.
Parecía que las cosas estaban mejorando para ellas.

En uno de esos días, Elissa se encontraba jugando con Gianira mientras las demás sirenas salieron para seguir buscando algo para comer y más recursos para su hogar. Darya esto no le gustaba para nada, pero Marit la obligó para que la convivencia mejorara, por lo que solo podía aguantarse sin quejarse.

Gianira ahora tenía una prótesis de madera en su pierna izquierda construida por Raissa, aunque no le servía cuando tomaba su forma de sirena, por lo que aún tenía estar en la mochila de su hermana para desplazarse en el agua.
Gianira con su títere comenzó hablar con Elissa.

- Eres grandiosa Elissa. Gianira le gusta mucho tu compañía –

Elissa se sonrojo poniéndose bastante contenta al escuchar eso. Pero lo que dijo después no le gustó mucho.

-          No como tu prima, que es una maldita alm…. –

Gianira  rápidamente le tapó la boca la boca al títere para que no dijera esa palabrota. Ambas se miraron fijamente por algunos segundos de incomodidad. Finalmente decidieron olvidar ese comentario y seguir jugando.


Mientras ellas estaban pasando un buen rato, Darya apareció con algo capturado y tapado con una manta blanca.
Mientras se acercaba parecia estar disgustada, pero antes de que pudiera decir algo. Raissa también llegó disgustada.

- Darya se supone que debemos ir en equipo y te fuiste por tu cuenta. Si Marit se entera se va enojar. -

- Se pondrá feliz cuando sepa lo que traje. -
Quito la manta que cubría la jaula revelando que dentro de ella estaba Nessie demasiado asustado, lo dejó en el piso cerca de Gianira. Ella lo miro confundido al igual que Elissa, quien simplemente se limitó a decir.

- ¡Wao! ¿Que es eso? -

Raissa le contesto para explicarle de que especie se trataba Nessie.

- Parece ser un monstruo del lago bebé. Pero no creo que sea uno. Es muy diferente a uno de raza pura.

Darya y Raissa comenzaron a discutir.

- Si lo es debe de saber rico. Valió la pena en vez de pescar esos tontos tiburones blancos.-

- Esa cosa no va alcanzar para todas. -

- Lo que importa es el sabor. -

- No vale la pena por algo tan insignificante. -

- ¡Te crees muy lista por usar esos estúpidos lentes! -

Elissa y Gianira simplemente observaron como la tensión entre ambas subían. Gianira observó como como aquella criatura rosada estaba bastante asustada, metió su mano a la jaula para intentar acariciarlo. Nessie se puso nervioso pero se calmó al sentir la mano de la pequeña y darse cuenta que no tenía intensiones malvadas. Gianira le sonrió gentilmente. Esto provocó que Nessie comenzara a sonreír y dar vueltas entre si.

-          Es bastante tierno, ¿Cierto, Gianira?

Acentuó la cabeza felizmente mientras miraba su títere en la mano.

Mientras tanto debido a al secuestro de Sam por parte de Zafiro hizo que nadie se percatara de la desaparición de Nessie, bueno excepto Bliss, quien observó que algo lo atrapó mientras nada por la orilla en busca del pequeño Gillman.


- Continuara -




 

capitulo 1 borrador

El tiempo parece avanzar demasiado lento y demasiado rápido al mismo tiempo. Es contradictorio en algunas ocasiones.  Hace relativamente un ...